La insoportable candidez de Ernesto Valverde

Me llama poderosamente la atención que Ernesto Valverde, alabado y respetado tanto por su inteligencia y capacidad de reflexión, analizara 'la previa' del Athletic Club vs Rayo Vallecano como lo hizo en Lezama, y que solventara 'el después' con una simpleza impropia del elevado cargo que ocupa. "Será un partido de ida y vuelta". Al enemigo, ni agua, se dice.

Sería, tal vez, porque, cuando la estrella del actual entrenador del equipo de Vallecas se apagaba en la Catedral, Txingurri confesó que, de fundarse, "encabezaría la lista del Club de admiradores de Andoni Iraola". Y en eso que a los dos exfutbolistas del Athletic les llegó la hora de medir sus 'fuerzas' en banquillos enfrentados.

Cualquier atisbo de táctica trabajada a puerta cerrada había sido aireado sin venir a cuento. Iraola, por tanto, no tuvo la necesidad de 'desnudarse' porque el que fuera su entrenador en el Athletic lo había hecho en nombre de los dos. 'Crónica de un partido anunciado'.

"Muy bonito de ver". Será para los que no son 'Rayo', que no sufrieron por la derrota; para los que no son 'Athletic', que no estuvieron con el corazón en un puño, temerosos de que la ventaja [3-1] no sirviera para cerrar el partido.

Allí, arriba, en el 'córner' más alto, se esperaba lo que no llegó a suceder. En el resto de un San Mamés embravecido, encabezado por esa 'locura' que se desata en la 'grada de animación', entre el miedo y el pánico temiendo que la holgada ventaja no le diera de sí a un Athletic fatigado en extremo y dejado de la mano de su entrenador.

"De ida y vuelta". Dicho y hecho. Y si el aviso no hubiera resultado suficiente, acuciado por la urgencia de un gol tan tempranero, Valverde hizo sonar el cuerno de la abundancia. Los leones, a degüello, se cebaron con la tierna carne de su presa. Dani García [soberbio pase el suyo], dio de comer a Iñaki Williams, el 'animal' más veloz de la sabana. Sancet, asistido por el genio de Berenguer, se cebó con un portero indefenso.

Instigado por su hermano, Nico, con maneras familiares, terminó reventando el entramado zaguero de un Rayo que 'no tenía defensa'. A pesar de la ventaja [3-1], cuando en la suerte del Athletic y su partido media Ernesto Valverde, bendito aquel que las tuviera todas consigo. Bendito e inocente. Porque la remontada, fraguada en ese "ida y vuelta" de locura y anunciado, pudo venirse abajo a nada que...

Y es que había antecedentes. Y muy serios. Como técnico del FC Barcelona hace bien poco, Valverde, que rendía visita europea en 'Cuartos' con una ventaja golosa [4-1], asistió impotente a una remontada [3-0] histórica en el Olímpico de Roma. La cuerda de la soga, preparada. Sería en 'Semifinales'  de la siguiente UEFA Champions League cuando Txingurri no pudo, no supo, no acertó a gestionar el [3-0] con el que viajaba a Anfield.

Uno a uno, goteo incesante, la gota malaya del Liverpool lo apartó de Europa, lo humilló con un demoledor [4-0]. Sobre "idas y vueltas". Cuando un [3-1] no es garantía de nada. Porque Valverde y el destino están en juego. Porque un desconocido Iñigo Martínez se empeñó en traicionarse así mismo. En un partido alocado. Sin dueño. En una 'noche salvaje'.

· Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista