Es Noticia

El Athletic esta ahí, o eso parece...

Kuitxi Pérez

En partidos como el del Athletic Club en Montilivi, habría vendido mi alma al diablo a cambio de que Lucifer me hubiera dotado de corazón de acero e inteligencia artificial. Vidente que ni siente ni padece. Cronista que no se involucra en los hechos para no salir mal parado. Periodista de alquiler al que no le mueven las emociones. Aséptico. Veo o creo ver. Imágenes que se suceden a velocidades de vértigo.

El Athletic esta ahí, o eso parece. Más allá del cristal, de la pantalla, del espejo. En el país donde todo es un caos metódicamente ordenado. No hay juego. Ni un Athletic que valga. Nada vale. No hay nada que merezca la pena. No sufro, sin embargo. Porque el tiempo, generoso, retrocedió violentamente hasta un inicio en el que ya no era nada, ni nadie. El que se empezó a tragar el partido era un desalmado. El que redactaba crónicas en el aire lo hacía con el don de su escritura automática.

Oihan Sancet la lleva ante el Girona en Montilivi (Foto: LaLiga).

Apenas quince minutos cuando al Girona ya le ha dado 'su cuarto de hora'. 'Desastre' se escribe. 'Pelele manteado'. 'A merced'. Desastroso Athletic. Muñecos al aire. El Athletic es un guiñapo al que los chavales de 'Michel' maltratan con saña. Tanto como esto y en tan poco tiempo pero, sin embargo, no duele.

El cronista había intuido lo que se le podía venir encima y tomó la precaución de darse a sí mismo un par de horas libres por asuntos propios. No era él cuando sobre el verde se escenificaba el 'ensayo sobre lo vergonzoso'. Las secuencias más evidentes del combate de un boxeador sonado. '¡Qué desastre!'.

Ernesto Valverde se entromete en su propio espanto para decirles a ustedes que "hay que aprender a estar muy puestos para cualquier partido". Hace falta valor. Aprender: ¿cuándo? Puestos: ¿acaso esta barraca en la que los chavales de Michel les tiran bolas de trapo a los leones apilados en botes?

Ernesto Valverde ruge por lo que ve ante el Girona en Montilivi (Foto: LaLiga).

Meneo en toda regla al Athletic...

Toda la semana preparando una función de noventa minutos y, llegado el momento, como si se tratara de acarrear una piedra descomunal colina arriba. El fútbol cual castigo mítico. Mediando el Athletic, este juego deja de ser curativo para convertirse en una fantochada que sólo un ente desalmado es capaz de cronificar. Reaparece Ernesto con sus ruedas de molino.

Para ti la comunión. Que abra la boca el capacitado. "Hemos jugado demasiado lentos y previsibles; nuestro ritmo debe ser más alto y teníamos poca respuesta".
Era cuestión de tiempo. Para mi consuelo, tenía garantizado que el gol del Girona no me alteraría ni en un solo latido el corazón que no tenía.

Vacunado contra el dolor y el sufrimiento de los que se ven afectados por su gran apego a este Athletic tan raro entrenado por un hombre al que las cuestiones tácticas se le enredan y resisten de tal modo que..."Fatal, el peor partido que hemos hecho, increíble".

Ernesto Valverde, durante el partido del Athletic Club ante el Girona en Montilivi (Foto: LaLiga).

Si Ernesto Valverde, técnico de postín, tan alabado y festejado por sus dichos y sus hechos, no posee el don del entendimiento que nos ayude a comprender y asimilar  situaciones tan obtusas como las que provocaron espanto y horror, no hablemos de fútbol cuando a la mente nos llegue la imagen de Montilivi.

¡Qué difícil, Athletic, qué difícil! ¡Qué complicado, Valverde, que complicado! Dime, Ernesto: ¿Cuándo fue que comparecieron los leones? Txingurri, mesedez, arren: ¿Villarreal en San Mamés? ¿Girona en Montilivi? Mira que el Real Valladolid nos viene a casa y la gente sufre. ¿Y ahora qué hacemos? "¡Hagámoslo otra vez!", canta Pau Donés desde lo eterno. Hagámoslo bien. Como si fuera el regalo anticipado de la Navidad.

• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar