En un partido cerrado ante México, dos disparos desde fuera del área le valieron a la Argentina el triunfo para llegar al encuentro con Polonia para definir si supera o no la fase de grupos.
Primero Messi, luego Enzo Fernández. Ellos fueron los artífices de un marcador por 2-0 que, pese al resultado, mostró que la selección argentina está lejos de ser aspirante al título por su desempeño.
Pienso en las epopeyas bilardianas de 1986 y de 1990 las cuales, junto con la de Alejandro Sabella en 2014, fueron, acaso las mejores de la albiceleste. ¿La de 1978, con Menotti? Esa es una historia difusa, opaca.
Scaloni no es Bilardo ni es Sabella. Messi, ya se sabe, no es Maradona. Distintos temperamentos, distintos tiempos.
Sin embargo, esa ruptura del cierre establecido en el campo y las contenidas ganas de Messi de tener, esta vez sí, su mundial, invitan a confiar.
El gran trabajo por delante no es sólo de ajustar el juego, sino de mejorar la actitud, la mentalidad con la que en lo individual y en lo colectivo encaran el desempeño del equipo.
Leo Messi pide a los argentinos que confiemos. Eso hago.
Es hoy Lionel. 🇦🇷❤️
pic.twitter.com/EICs1YpNur— Un Metro Adelantado (@metroadelantado) November 26, 2022