El día ha despertado entre nubes, azules y soles. Ansiaba la mañana porque quería rendir cuentas con el fútbol tras el derbi vasco Real Sociedad - Athletic Club. Escuchar el griterío lejano de todas esas personas a las que se les hurtó el espectáculo después de haber pasado generosamente por la taquilla de las 'plataformas petrolíferas' que se dedican a gestionar partidos para su 'clientela mundana'. Desde mi inocencia, creía que se repetiría el partido 'no jugado'; o que la pelota se pondría en movimiento desde ese preciso momento en que el choque murió aún sin ni siquiera haber nacido. ¿Es que no hay nadie legitimado para pedir cuentas al juez que, en el ejercicio vocacional de su trabajo, incurrió en un acto de prevaricación, que no negligencia?
Prevaricó Guillermo Cuadra Fernández [madrileño adscrito al Colegio Balear] porque, a la hora del partido, a esa hora exactamente, era capaz de recitar de carrerilla todos los apartados que recoge el libro de la 'International Board'. Uno de ellos, el que viene a colación, porque de su incumplimiento se benefició la Real Sociedad de manera escandalosa, nos habla de los hechos que se desencadenaron tras subir al marcador el segundo gol del inquilino del 'Reale Arena'.
Acababa de marcar tras burlar a su marcador y evitar a Unai Simón por el palo que el meta de Murgia protegía. Exagerado por la adrenalina que se le inyecta vía auditiva, sin pensar en otra cosa que no fuera él, se desprendió de la camiseta a la vez que corría. ¡Tarjeta amarilla! Dándole continuidad a su carrera, cual Forrest Gump arrastrando a sus compañeros, superó la línea de banda sin manchar sus botas de cal. Quemadas sus naves, al entender que no había retorno, fijó su mirada en la 'marea' y experimentó en cuerpo propio la ley de la gravedad: ¡su liviana fisonomía fue atraída por el planeta supremo de una grada enfervorizada!
Contactó físicamente con los cuerpos que habitaban el espacio bajo de la tribuna de un estadio que se volvió bonito y coqueto desde que la pista de atletismo fuera absorbida por el proyecto de un arquitecto ingenioso. Take Kubo, como levitando para, manteniendo esa posición, poder ser abrazado por su gente. ¡Tarjeta amarilla! Segunda en una misma secuencia que se alargaba porque el talentoso futbolista había sido incapaz de poner freno a su alegría desbordada.
Cuadra, el madrileño. Cuadra, el juez precario de un partido top en horario privilegiado, sabía, sabe, y seguirá sabiendo al paso de las horas, que acercarse al público para tocar y ser tocado, para ser abrazado y abrazar, para los besos compartidos y los ojos brillantes que anuncian lágrimas, figura como gesto punible en el apartado sobre celebraciones que recoge la 'Biblia' del reglamento y las normativas sobre la que se apoyan los árbitros para encontrar ayuda y calma en el desasosiego de los partidos. Una tras otra, la segunda tras la primera, sin prisa, escenificación pausada para que el futbolista y el mundo entero entendieran de qué iba va la fiesta de las amonestaciones.
Ante sus bonitos ojos orientales deberían haber desfilado dos tarjetas amarillas.
Tras la doble amonestación, el producto final de una cartulina roja que habría terminado con el futbolista en la caseta. Y sin embargo, Cuadra Fernández, que se reservaba la tarjeta amarilla como la amante que esconde una flor para no delatarse y provocar sorpresa en su amado, entendió que la cosa no debería ir a mayores; que con una bastaba, suficiente castigo para un futbolista "con menos malicia de un niño de cuatro años". Esto último, lo de la "falta de malicia", lo pensó, pero no lo dijo.
Me sorprende que, en el momento, a la conclusión, y en el mediodía de este cielo cuyo sol nació allá donde a la estrella le dicen 'naciente', nadie, o apenas, los seis incautos que perdemos toda la energía peleando a favor de las causas perdidas, me sigue sorprendiendo -así de inocente sigue siendo el cronista- que no se incida en el suceso que, no me cabe la duda, habría decantado el partido hacia el lado de los de Ernesto Valverde, un Athletic que le estaba rondando a la Real Sociedad hasta el extremo de colocarse por encima de su juego y prestaciones. Por debajo en el marcador [2-0], sí, pero un mundo por delante para darle sopas con honda a un rival en inferioridad. Kubo continuó en el verde favorecido por la prevaricación de un árbitro que le tenía reservado al Athletic su particular golpe de gracia.
Yeray Álvarez. El exquisito central fabril estaba a punto de ser expulsado por primera vez en su larga y exitosa carrera. Siempre hay un primer momento para todo.
Su dolor. Su impotencia. Esas ganas locas de vivir sobre el verde pero no poder hacer nada contra la muerte, esa 'pena capital' que Cuadra Fernández le tenía reservada. Juicio sumarísimo. Ni siquiera el VAR a modo de pamema. Y de su abogado defensor, qué decir. No estaba de servicio. Ni siquiera de guardia. ¿Y el del diablo? Dicen que andaba matando moscas con el rabo por los aledaños del Reale Arena.
Lapurtu? Lapurketa? De "apurtu"..."apurtu arte" hablaba Juan Antonio Larrañaga: "Con el tercer gol y un equipo mermado en lo más suyo, el partido se hizo añicos". No hay modo ni manera. Cuando el Athletic está a las puertas, la expulsión número 15 se escenifica en el estadio de la Real Sociedad. "No hay nada que justifique el destrozo de una muñeca, ni el aplastamiento de un pequeño tren de hojalata". Alguien lo escribió. Creo que fue Bernardo Soares. Guillermo Cuadra Fernández encontró justificación, llevó a cabo la barbarie, asolando, devastando, así, este juego curativo que es el fútbol.
• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista
No se habla de que kubo debio ser expulsado, porque ello no es cierto. No acumulan tarjeta si las dos accipnes son seguidas y simultaneas. Nunca se expulsa. Se amonesta si se quita solo la camiseta. Se amonesta si se va a celebrar con el publico. La dos unidas y en una misma jugada es solamente amonestacion. Espero que que de claro y poe favor seamos todos menos fanaticos de un equipo sea cual sea.
Se deberá amonestar a un jugador si: • en opinión del árbitro, hace gestos provocadores, irrisorios o exaltados • se trepa a las vallas periféricas para celebrar un gol • se quita la camiseta por encima de su cabeza, o se cubre la cabeza con la camiseta; • se cubre la cabeza o cara con una máscara o artículos similares. El hecho de salir del campo para celebrar un gol no es en sí una infracción sancionable con amonestación, pero es esencial que los jugadores regresen al terreno de juego tan pronto como sea posible. Se pretende que los árbitros actúen de forma preventiva y utilicen el sentido común al encarar las celebraciones de gol. Ahora de dónde sacáis que deberían ser 2 cartulinas amarillas, trileros del botxo?
Sabes que tienen en comun Dani Garcia, Iñigo, Raul Garcia, Ander Herrera, Berenger, Balenciaga o De Marcos?, que son de la cantera del Athletic como yo del PSG. Filosofia la vuestra???. Que les pagais el doble de lo que valen porque sino se piran. A donde eligen ir Monreal o Merino?. De tanto repetirlo al final os lo creeis
Martin Zubimendi, Igor Zubeldia eta Mikel Oyarzabal top jokalariak dira. Nik bigarrena fitxauko nuke... ATHLETIC, EUP!
Escusa de perdedor
Pues sí, Kuitxi, una pena. Pero nos echaron a Yeray y el japonés se quedó sin la roja por dos amarillas merecidas. No obstante, pienso que Valverde y el Athletic no pudieron con esa Real cantera na, siempre bien reforzada por goleadores de fuera. Es el pago que nos toca por nuestra filosofía, que no consigue encontrar ese goleador que necesitamos. No obstante, beti,beti GORA ATHLETIC!!!
Muy poetico todo. Me ha emocionado. Sabes lo que si sabia el señor Cuadra como sabe todo Dios. Que si un delantero te gana la posicion y encara porteria en oportunidad manifiesta de gol, a la minima que le toques te cae el penalti. Como muy bien señalaron los 3 contrastados y neutrales comentaristas del partido. Ahora si quieres me haces un pareado
No interesa hablar del tema, son varias las veces que se favorece a este equipo , igual porque es un equipo es monárquico?