El techo de cristal del Athletic

Cuando una cosa se repite machaconamente, te hace sentir inseguro. No falla. Y eso es aplicable al Athletic Club, que aún cambiando de entrenador parece tener un techo de cristal que le impide asentarse en las plazas europeas. Sea con Garitano, con Marcelino o con Ernesto Valverde el equipo pelea y tiene picos altos de rendimiento, pero tiene una inconsistencia que le impide, al menos en las últimas temporadas, subir más arriba de la séptima u octava posición de la tabla en la liga.

La competencia por Europa es atroz, y uno de los síntomas de lo difícil que es romper ese techo de cristal viene dado por los enfrentamientos directos ante los principales cocos del campeonato. Este domingo, en el Metropolitano ante el Atlético de Madrid, se ha visto una nueva muesca. El conjunto bilbaíno caía derrotado en una pésima segunda parte ante los de Simeone, liderados, una vez más en ataque por Antoine Griezmann y en defensa por el mozambiqueño Reinildo Mandava.

El dato demoledor, lo aportaba, como siempre, el gran Roger Álvarez, alma mater de la Adurizpedia, quien señalaba al término del partido en el estadio Metropolitano ante los colchoneros que el Athletic sólo ha ganado uno de sus últimos 30 partidos disputados en el campo de equipos en posición de Champions. Fue con un recordado 0-1 en el Ramón Sánchez-Pizjuán que acabó con cualquier opción de ganar la liga para el Sevilla FC.

Pero el drama es nuestro. Diez puntos de noventa posibles certifican lo complicado que está para el Athletic romper sus ligaduras y escaparse de la zona media-alta para instalarse en el vagón de los barandas que van a Europa casi por defecto año tras año. Si en el mano a mano no les ganas casi nunca la partida es complicado dejarlos atrás en el retrovisor a 38 partidos.