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Abril marcará el curso del Athletic y de Ernesto Valverde

Ramón Orosa - EFE

Los compromisos que le esperan en el campo de San Mamés en el mes de abril esbozarán lo que será finalmente el Athletic Club esta temporada, un curso irregular y con altibajos pero en el que el equipo bilbaíno mantiene fundadas esperanzas de estar en una nueva final de Copa y también de alcanzar una plaza para regresar a Europa.

En ambos objetivos será capital 'La Catedral', que lleva tiempo impaciente por acoger la vuelta de las semifinales coperas que miden al conjunto de Ernesto Valverde con el CA Osasuna. Un choque definitivo en el que los 'leones' están obligados a remontar el 1-0 de la ida en El Sadar a favor del equipo del vizcaíno Jagoba Arrasate.

Iñaki Williams encara a Aridane, del Osasuna, en la semifinal de Copa (Foto: Athletic Club).

No falta mucho para ese duelo, programado para el martes 4 de abril (21.00 horas), en el que el Athletic buscará su tercera final de Copa en los cuatro últimos cursos, la sexta en 14 años y la cuadragésima en toda su historia. También la undécima final en diferentes competiciones en la última década y media.

Pero antes de ese partido crucial, al conjunto rojiblanco le espera ya en Bilbao un choque liguero ante el Getafe (sábado 1; 16.15 h.) con el que abrirá un mes de abril en el que pasarán posteriormente por San Mamés la Real Sociedad (sábado 15; 16.15 h.) en el derbi vasco con más solera y el Sevilla, en otro clásico de LaLiga.

Iker Muniain en acción ante el Getafe en San Mamés (Foto: LaLiga).

Al encuentro contra el club azulón llega el Athletic situado en la séptima posición de la tabla, un puesto con grandes posibilidades de ser europeo ya que todo apunta a que dará billete europeo si la Copa la gana el FC Barcelona o el Real Madrid, los dos protagonistas de la otra semifinal y escapados en la clasificación.

No obstante, la situación del equipo bilbaíno dista de ser idílica en la lucha por Europa porque de las demás plazas está muy alejado. De la sexta está a cinco puntos, la misma distancia que tiene sobre la duodécima posición; y de la cuarta a doce, más lejos incluso que del descenso, que le queda a diez.

Y todo eso después de haber ganado el último encuentro antes del parón, un 1-3 en Valladolid que le cortó una mala racha de un punto de 12 posibles en la cuatro jornadas anteriores y otra más alargada de 9 de 33 en once jornadas, casi un tercio del campeonato liguero.

Iñigo Martínez marca ante el Valladolid en Zorrilla (Foto: Athletic Club).

Esa prolongada inercia negativa, que encadenó el Athletic a la vuelta del parón por el Mundial de Catar, coincidió en el tiempo con el cambio de plan de Ernesto Valverde, que arrancó con el ofensivo 1-4-3-3 bautizado en Bilbao como 'rock and roll' que le aupó a los puestos de Liga de Campeones, en los que vivió plácidamente la Copa del Mundo, y viró después a un 1-4-2-3-1 más del ideario de siempre del técnico de Viandar de la Vera.

Es curioso el cambio de Valverde, que desechó una fórmula que le dio mucho éxito, hasta el punto de ilusionarse con la 'Champions', por uno que hasta ahora le ha dado bastante más disgustos que réditos.

Se trata de una variación que básicamente consiste en quitar a uno de los dos interiores con los que acompañaba al medio centro en la fórmula más ofensiva para apostar por otro perfil más posicional, es decir, prescindir de Iker Muniain u Oihan Sancet -de tiempo acá definitivamente el capitán- para dar entrada a Oier Zarraga o Dani García -últimamente al guipuzcoano-.

Ernesto Valverde saluda a su llegada a Barcelona (Foto: Athletic Club).

Así, ha abandonado la atractiva manera de jugar que incluso destacó en su día el presidente Jon Uriarte en una de sus escasas comparecencias ante los medios, por una fórmula ya fracasada anteriormente y, sobre todo, denostada por la afición: el doble pivote Dani-Vesga.

Sin embargo, con ese nuevo-viejo plan, el Athletic ganó en Valladolid antes de este último parón liguero y se procuró tranquilidad para las dos semanas de asueto previas a una vuelta a la competición en la que parece que, seguro, mantendrá la apuesta.

Y habrá que ver si le da para lograr sus objetivos, sobre todo en San Mamés. Fuera deberá visitar a Espanyol (sábado 8, 16.15 h.), Almería y Mallorca, tres partidos -como todos- también importantes.

Pero donde se la juegan en abril los de Valverde es en 'La Catedral', que dilucidará su presencia o no en la final de Copa, su partido fetiche de cada año, y deberá apuntalar una clasificación europea que a finales de marzo ni está hecha ni es imposible, sino todo lo contrario.

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