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El Athletic necesita Europa y una transición en tiempo y forma

Rafa Arberas

Ahora que encaramos la última recta de Liga puede ser un buen momento para hacer unas reflexiones sobre la temporada que está realizando el Athletic Club y el futuro que aguarda al club de Ibaigane. Es evidente que la nota final, como su nombre indica, hay que ponerla cuando terminen todas las competiciones, dicho lo cual no conviene olvidar que, en una de ellas, en la que se habían puesto muchas ilusiones y esperanzas, la decepción ha sido incuestionable.

Lógicamente estoy haciendo referencia a la Copa en la que los de Ernesto Valverde tuvieron durante muchos minutos el billete para la final y circunstancias y gestiones al margen, lo cierto es que la verán por televisión. Con todo ello, esa primera gran asignatura que tenían los rojiblancos se ha saldado de un modo triste y con un suspenso.

Gol, bien festejado por los leones, ante el RCD Espanyol en Cornellá El Prat (Foto: Athletic Club).

Asimilado el golpe, toca reaccionar como ante el RCD Espanyol y seguir en esa dinámica en los 10 partidos que restan y sumando muchos de los 30 puntos en juego.

Si nos olvidamos de la Champions, algo imposible, tenemos la Europa League, que la juegan el quinto clasificado y el campeón de la Copa del Rey. Aunque no sea plato de gusto, interesa que gane el Real Madrid y no Osasuna, ya que en caso de que el campeón de Copa finalice la Liga entre los cinco primeros puestos, se abre un cupo en la Europa League, que la disputarían el quinto y el sexto clasificado.

Todo esto permitiría al séptimo de la tabla acudir a la UEFA Conference League, algo que en caso de que los navarros de Jagoba Arrasate y Bittor Alkiza ganaran la copa, nos dejaría fuera.

Reunión y charla del equipo de Ernesto Valverde entrenando en Lezama (Foto: Athletic Club).

A día de hoy por arriba están Villareal y Betis a 7 y 5 puntos, y por detrás aprietan Osasuna, Rayo y Celta a 2,3 y 4 puntos respectivamente. Como a los rojiblancos nunca les han funcionado las cuentas de la lechera del calendario, habrá que tirar del manido partido a partido, pero con la necesidad de sumar jornada tras jornada. Volver a ser fuertes en la Catedral y retomar la consistencia de visitantes, sabiendo que el margen de error es pequeño y los comodines se van terminando.

Todo eso en el día a día de cara a entrar en Europa y hacer caja para una economía con gastos fijos muy altos y que necesita del oxígeno europeo para cuadrar sus cuentas.

Pero además de lo inmediato está el futuro. Es necesario y obligatorio comenzar una transición en tiempo y forma, y tras lograr que Oihan Sancet se quede en el club, quedan tareas por realizar con jugadores franquicia como Iñigo Martínez o Nico Williams, intentando mantener ese complicado equilibrio entre la economía y lo deportivo.

Oscar De Marcos, siempre afectuoso con la afición, atiende a un bebé en Lezama (Foto: Athletic Club).

Otro elemento necesario es ir siendo previsor en las bandas y dar entrada a laterales que permitan tener alternativas a futuro ante la edad de algunos veteranos que ocupan esas posiciones. La misma necesidad existe en el centro del campo.

Pienso que eso es posible en el corto plazo. Lo que va a costar mucho y este sí que es un gran problema, es disponer de un goleador contrastado para los próximos años. Me temo que esta pesada mochila se va a portar durante bastante tiempo.

Balones y camisetas retro del Athletic Club en una tienda oficial de Bilbao (Foto: DMQ Bizkaia).

La Filosofía del Athletic...

Por último, en estas reflexiones a bote pronto sí que me gustaría que en algún momento se pueda abrir un debate sosegado, tranquilo sobre la filosofía del Athletic. Vaya por delante que soy partidario de mantenerla y no cargarse más de 100 años de historia. Dicho esto, creo que es fundamental que, sin perder un ápice de esta, se pueda adaptar a los tiempos actuales.

Pongo un ejemplo en forma de pregunta, única y exclusivamente sobre hijos de vascos de primera generación. ¿Cómo es posible que el hijo de unos austriacos que ha nacido en Bilbao pueda jugar en el Athletic y el de una pareja de Zalla con sus ocho apellidos vascos que por circunstancias trabaja y vive en Murcia, donde nace el chaval, no lo pueda hacer?

Arenga del Athletic para la prórroga ante Osasuna en la semifinal de Copa (Foto: Athletic Club).

No se trata de hacerse trampas al solitario, pero sí de, manteniendo la esencia, evolucionar para poder competir sin estar en inferioridad. Pienso que esto debería ser asumible por todos y todas sin que suponga un cisma. Otra cosa sería dónde se pone el límite en lo de “formados aquí”, pero eso daría para otro artículo en ElDesmarque Bizkaia.

Finalmente, y regresando al principio, miremos a Europa, partido a partido y el próximo objetivo es ganar a la Real Sociedad este sábado en San Mamés.

• Por Rafa Arberas, periodista de Radio Llodio-Onda Vasca

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