Iñigo Ruiz de Galarreta cumplió con las expectativas en su presentación como nuevo jugador del Athletic Club en San Mamés. Un chico sano, simpático, muy sonriente y a la vez tímido, como el mismo reconocía en la sala de prensa, que trató de agradar a todos los presentes dejándose fotografiar y grabar en vídeo en todas las modalidades en las que se le solicitó. La anécdota de su presentación, más allá de sus respuestas y las del presidente Jon Uriarte y el director deportivo Mikel González, fue el retraso en su salida al césped para hacerse las habituales imágenes con la nueva camiseta, de la marca inglesa Castore, y dando algunos toques al balón en la que será de nuevo su casa.
La razón, como el mismo futbolista de Eibar explicaba a ElDesmarque, fue que cuando se estaba cambiando el vestuario se le rompió una lengüeta de las botas que había traído para su acto de puesta de largo zurigorri. Entonces, un empleado del club tuvo que ir raudo a una tienda a comprarle unas nuevas botas, de un color azul muy llamativo, de su número para que pudiera salir al terreno de juego y posar para los reporteros gráficos.
En el vídeo de arriba de la página pueden ver sus malabarismos y el color azulón de sus improvisadas botas que salvaron, aunque con un pelín de retraso, el entuerto mañanero en Bilbao.