Estaba claro que la buena racha bilbaína no iba a ser eterna, ya saben, hasta la enfermería se pone brava cuando pierdes… Un partido espeso en Mestalla ante el Valencia CF y un golazo de Hugo Duro frenaron al Athletic Club justo antes de recibir al Barça, que viene de golear al Betis en el Villamarín con un Hat-Trick de Ferran Torres, en la eliminatoria de cuartos de final de la Copa del Rey. Un duelo a todo o nada, que medirá este miércoles (21.30 horas) a los dos grandes equipos del torneo copero en San Mamés.
El tanto de Duro, un imponente cabezazo imparable para Unai Simón a un no menos brillante centro de José Luis Gayá, le quebró al Athletic una racha tremenda de resultados que se cifraba en seis triunfos consecutivos entre Liga y Copa y un total de 14 partidos seguidos sin perder con 11 victorias incluidas.
En LaLiga EA Sports eran siete triunfos en diez jornadas sin caer derrotado, 24 puntos de 30 posibles, a las que se añadían las cuatro eliminatorias coperas superadas por medio.
Una alargada concatenación de buenos resultados que llevaron a los 'leones' a completar su mejor primera vuelta liguera en 40 años, con 38 puntos en 19 jornadas, y a la tercera plaza de la tabla clasificatoria. Una posición de Liga de Campeones y por delante de Barça y Atlético de Madrid.
Los números además correspondían a lo que los de Ernesto Valverde mostraban sobre el terreno de juego, un equipo arrollador para sus rivales con un presión y un ritmo de juego asfixiantes y una pegada que estaba empezando a ser letal. Cuando en los últimos años era su gran lastre.
Pues bien, en Mestalla, sin hacer un mal partido, el Athletic no ofreció esas virtudes de los últimos meses. Sí trató de dar ritmo al juego y presionar a rival, pero ni arrolló al Valencia ni apareció su pegada. Que había sido clave en sus últimos partidos. Concretamente en los tres derbis vascos que saldó a su favor en las dos semanas anteriores. Choques, los del Eibar y Alavés de Copa, que decantó con su acierto en sus primeras ocasiones.
En Valencia eso no ocurrió porque Oihan Sancet anda de un tiempo a esta parte con el punto de mira desviado, cuando no romo en los disparos, y Giorgi Mamardashvili apareció como suele hacerlo Unai Simón en un disparo con firma de gol de otro Unai, Gómez, para ayudar a decantar el choque de su lado.
Un paradón del meta georgiano que tendría incluso que haber mejorado el titular de la selección española para detener el testarazo imposible de Duro. No lo hizo esa vez el portero alavés y el choque quedó decidido por la gran jugada che.
Una acción que le devolvió al Valencia los dos puntos que se dejó en Bilbao en la primera vuelta después de que Alex Berenguer empatase en la última jugada del partido. ¿El karma?
Fue una derrota que alguna vez le tenía que llegar al Athletic, poco dado a rachas tan impresionantes como la que llevaba, y que no empaña nada una temporada sobresaliente que le depara esta semana un nuevo gran clásico copero y además en San Mamés.
Una eliminatoria entre los mejores equipos de la llamada competición del K.O. a un partido y en 'La Catedral' en la que los antecedentes cercanos le invitan al optimismo. Ya que las en dos últimas veces que se ha dado el Athletic continuó en competición.
De hacerlo de nuevo daría hasta por bueno el frenazo sufrido en Mestalla. Donde, a pesar de la ilusionante aparición final de los jóvenes Unai Gómez y Malcom Adu Ares, que fabricaron la gran ocasión malograda por Mamardashvili, no pudo sobreponerse a un día espeso de casi todo el plantel -Sancet, Nico, Berenguer, Guruzeta, Herrera, Yuri, Lekue ...- y a un golazo del rival. Que también juega.