Se avecina otra noche emotiva y copera en San Mamés ante un rival recurrente, el Barça. Otrora sería un desfiladero hacia el abatimiento y, sin embargo, actualmente, no hay temor a competir contra ellos de tú a tú. Será un partido épico, titánico y definitivo pero este Athletic Club está fuerte, más allá del tropiezo ante el Valencia CF en Mestalla del fin de semana.
Enfrente, el F.C. Barcelona, un rival de enjundia, no cabe duda, que llega a San Mamés reconciliado con su ideario de juego. En lo individual con muchas aptitudes, eso salta a la vista, y en lo colectivo un poco peor comparado con la temporada precedente.
Para mí la falta de Sergio Busquets, o dígase, el equilibrio estructural, no ha sido salvada con un perfil parecido,... aunque sí mantienen su idea de comportamiento ofensivo bajo varios principios: como son el protagonismo con balón, la valentía, el mantenimiento de las líneas adelantadas, intensidad tras pérdida y paciencia en la creación.
En cambio, han perdido cierta contundencia defensiva y eso les genera muchas dudas.
Bajaban las aguas turbias por el entorno blaugrana después de la raquítica puesta en escena en la Supercopa y gracias al enfrentamiento con Unionistas y, sobre todo, al partido frente al Real Betis, que han vuelto a recuperar cierta estabilidad y eso les hace más peligrosos.
El domingo volvieron a ser un equipo más reconocible, ese equipo que lanza a los laterales en profundidad buscando la línea de fondo y la llegada de la segunda línea, que es capaz de adelantar a los interiores para intentar recibir con éxito entre líneas y así girarse y encarar a la línea defensiva rival. O ese equipo que se asocia con calidad en constantes rotaciones y movimientos en el centro del campo con ritmo y velocidad.
Xavi, sobre el partido ante el Athletic: "Será difícil contra un equipo que no queríamos enfrentarnos, especialmente fuera de casa. Tenemos una guerra futbolística mañana en San Mamés".
Será un partido muy complicado, de mucha concentración, pero también para ellos. Este Athletic es un rival muy fuerte, sin fisuras, reconocible y ambicioso, y más en casa. Además, si hay un momento de debilidad, el público insuflará aire a sus jugadores.
La estrategia debe pasar por mantener su comportamiento habitual: intensidad, verticalidad, velocidad en las transiciones y valentía en la presión alta.
Ofensivamente, tenemos que encontrar la mejor versión de Oihan Sancet y de Nico Williams, provocando superioridades cualitativas y debe amenazar constantemente el intervalo central-lateral con los extremos, porque tenemos grandes pasadores en el centro del campo.
Igualmente es necesario generar también superioridades numéricas y posicionales en el espacio útil. Defensivamente es básico quitarles el balón y muy importante ajustar las marcas de Gündogan, de Frenkie De Jong y Pedri, para que se sientan incómodos y eviten abastecer a los extremos, punta y laterales.
Habrá que estar atentos a los espacios indefendibles cuando fijan con los extremos por fuera para utilizar a los interiores dentro del intervalo defensivo rival juntando mucho las líneas y, sobre todo, ganar los duelos individuales.
Una noche de alto voltaje en San Mamés
En definitiva, “clásico” copero cuyo desenlace marcará el resto de la temporada. Espero que el partido no lo condicione el empingorotado preparador culé, Xavi Hernández, que a veces roza lo irritable y, sobre todo, por el arbitraje del murciano Sánchez Martínez y su equidad. La polémica está servida.
El torneo de Copa es corto, intenso e intencionadamente programado para que aquellos equipos obligados a ganar títulos actúen con determinación y sin especular, ya que parte de su temporada se puede quedar huérfana en enero y eso no interesa a los que ustedes ya saben.
· Por Juan Pablo Palacio, Entrenador de fútbol
🚨 The squad for #AthleticBarça in the Copa del Rey quarterfinal! pic.twitter.com/SlDKz6Dq5a
— FC Barcelona (@FCBarcelona) January 23, 2024