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Llega Boiro al Athletic, pero Yuri aguanta el estirón de Nico Williams

Kuitxi Pérez

Tras el grandioso partido copero del Athletic Club frente al FC Barcelona, Yuri Berchiche Izeta disfruta de una suerte de eterna juventud. Y sin embargo, cuando le miro no puedo evitar pensar y decirme,... "con diez años de menos". O sea, 23. Pero como el retorno es imposible y de ahí que la nostalgia duela, diez años de mi vida, a fondo perdido, le prestaría a Yuri con tal de que le tapara a Adama Boiro la subida fulgurante que se le adivina.

Qué digo prestar, le daría, los años, mis años, se los daría. Porque en su cuerpo, y pensando en el Athletic, más provecho que en el mío. ¿Se imaginan ustedes un Yuri de 23 años en este Athletic que nos está volviendo locos? Yo, sí...

Partiendo de sí en pos de otros seres. Mírenlo. Agarrado al palo del banderín como el atleta que sujeta su relevo. En su bota izquierda el balón. Lo da y lo recibe, Tuya, Mía. Pegado a la línea de cal obedeciendo la consigna que recibiera un día de Marcelino García Toral.

Parece que no avanza, pero sube, va remontando la banda. No muestra la furia de Asier del Horno, ni conduce con amagos y recortes al modo de Estanis Argote, o del "Comandante" Luis de la Fuente.

Yuri Berchiche celebra en San Mamés su gol al Getafe (Foto: Athletic Club).

Yuri Berchiche no 'ataca los espacios' en el Athletic, más bien los conquista y defiende...

A su lado, un compañero, siempre. Hay que ver la querencia del balón hacia su pierna izquierda, porque la pelota sabe que el hueso ya sanó. Y es entonces el pie, es la bota. Dispuesto todo para que nada falle cuando llegue el momento decisivo. Era con Muniain por entonces. Permítanme que siga siendo porque, si me dan a elegir, entre Iker y Nicolás me quedo contigo, Yuri.

Sabiendo que la línea de fondo está al ladito, Berchiche y Muniain, Yuri e Iker. A partes iguales distribuyen la posesión. Se trata de tocar y moverse, de volver y atesorar la pelota a sus pies. Hasta que, llegado el momento en el que, por despiste o mareo, surge el hueco o se abre el vacío, uno de los dos irrumpe en la zona caliente del área con intenciones malévolas. Mucho daño.

Yuri Berchiche la juega ante la presión de Nico Williams en Lezama (Foto: Athletic Club).

Éste es el Yuri que yo recuerdo cuando Iker Muniain, "clarividente en el balcón del área" para beneficio de Marcelino García Toral, era de la partida. Ahora que Nico Williams ha pegado el 'estirón', convirtiéndose en el mejor aliado de Yuri, el "cohete de ébano" resulta imprevisible hasta para sí mismo: confetis, caramelos, monedas de dos reales, todo es derroche en el bautizo del hijo adoptivo de Yuri Berchiche.

Aquel que en Tenerife chamusco  el césped dotándole a la pelota de su misma furia humana. El mismo que en el Nuevo Los Cármenes de Granada se metió hasta la cocina como Pedro por su casa. Yuri el que se asocia, y también el solitario. 'Llanero rebelde'. Con diez años de menos. Te regalo los míos, que para mí no los quiero.

• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista

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  1. Lasa

    Si ,muy bonito lo que escribes, pero no podemos vivir del pasado.El tiempo pasa muy rápido para todos.Y ya Yuri no está para muchos trotes,hay que saber dar un paso a un lado y salir por la puerta grandes. La juventud es el presente y el futuro.El pasado es pasado ,no estropeemos el presente con la nostalgia.Aupa Athletic! (Esta reflexión vale también para los Lekue,Dani García y CIA)