El Athletic Club de Ernesto Valverde, tiene un verdadero examen el viernes, en San Mamés, ante el RCD Mallorca del 'Vasco' Aguirre, y es que no puede perder comba. La escuadra vasca ha visto frenada su arrolladora trayectoria de los últimos meses, en la que llegó a encadenar seis victorias seguidas y 14 partidos sin perder, justo cuando se había situado en LaLiga EA Sports en las posiciones de UEFA Champions League.
Después de imponerse a la Real Sociedad en el tercero de los derbis vascos que ganó en semana y media, el Athletic se aupó a la tercera plaza de la tabla por delante de un FC Barcelona al que superaba en el diferencial de goles y de un Atlético de Madrid que tenía a tres puntos. Si bien, con ambos rivales con un partido menos jugado, el aplazado por la Supercopa.
Una racha de diez partidos sin perder, con siete victorias por medio y habiendo sumado 23 de los últimos 27 puntos, le habían permitido enfilar su atención en la Champions por encima de una participación europea en cualquier competición, que es realmente su objetivo.
Pero a la altura de Barça y Atlético -Girona y Real Madrid le quedaban aún lejos-, con la posibilidad de que la liga española sume una plaza más en la máxima competición continental y con el sexto puesto, que ocupaba la Real, y a nueve puntos, la situación del Athletic era casi idílica.
Además, lo que invitaba todavía más al optimismo en Bilbao, esa destacada situación clasificatoria correspondía al juego que desplegaban los de Ernesto Valverde, arrollador, intenso, fluido y goleador como el de pocos equipos, y muy destacado por los rivales.
Aquel "cuidado con Bilbao, que está jugando muy bien" de Carlo Ancelotti, sin que nadie le preguntase al respecto, dimensionó lo mucho y bueno que estaban haciendo los 'leones' catapultados por los Williams y Oihan Sancet en una línea ofensiva muy difícil de parar, incluso con Gorka Guruzeta afinando su punto de mira.
Ese estado de felicidad se dio un poco de bruces con el suelo con una derrota inesperada en Mestalla ante un Valencia que ya en San Mamés le había mostrado al conjunto rojiblanco que podía tutearle y hasta superarle por momentos.
Y eso fue lo que ocurrió en un encuentro que, también es verdad, acabó 1-0 como pudo hacerlo 0-1, 0-0 o 1-1. En todo caso, el juego del Athletic se alejó del que estaba siendo hasta entonces.
Algo parecido ocurrió en Cádiz este domingo. Un 0-0 de manual que casi ni pudo ser otro marcador ante las escasas ocasiones de los dos equipos. Con el debutante Mauricio Pellegrino en el banquillo, el conjunto de la 'Tacita de plata' ofreció bastante más resistencia que con Sergio González, al que en los últimos partidos el Athletic había goleado.
El desgaste de la Copa
Aunque esas dos salidas consecutivas en liga le llegaron al Athletic en plena vorágine copera. Tres rondas en tres semanas y media en su competición fetiche que solventó con autoridad, las dos primeras, y en una de esas noches mágicas de San Mamés, la tercera.
Al Eibar en Ipurua le doblegaron entre la firmeza de Julen Agirrezabala bajo palos, un doblete de Asier Villalibre y un golazo de Iker Muniain. Es decir, la pegada. Y al Alavés en 'La Catedral', otra buena noche de Agirrezabala y otros dobletes del 'Búfalo' de Gernika. Que lleva tres dobletes y es uno de los tres máximos goleadores de la Copa.
Lo del Barça ya fue cosa de los hermanos Williams, con gol decisivo de Iñaki y definitivo de Nico, y Sancet, que empezó a invalidar una primera remontada azulgrana a un primer tanto de 'Gurugol'.
Las rotaciones y el VAR
Tanto trajín acaba siendo demasiado, incluso para una plantilla como la del Athletic en la que estaban aportando todos, los que empezaban los partidos y los que salían más tarde. Y Valverde se vio obligado a tirar de rotaciones.
Primero en Copa, donde las estrellas han sido los habituales suplentes Agirrezabala y Villalibre, y después en Cádiz, donde el técnico preservó Nico y Sancet, y además Iñaki pareció pagar lo ajetreado de su regreso de la Copa de África para llegar al partido ante el Barça.
Unai Gómez y Adu Ares prometen mucho de cara al futuro y ya han ofrecido a su equipo goles y algunos momentos brillantes, pero no son aún como los dos internacionales por España. Ambos ya futbolistas de gran cartel.
En Cádiz, a las rotaciones de Valverde se unió la labor arbitral exquisita hasta el descuento, en el que no se sancionó un codazo de Fali a Nico que sorprendió incluso a Valverde, poco dado a comentar actuaciones arbitrales. Al técnico la acción le pareció tan "absurda" como claro el comportamiento del central cadista.
Fue diáfana la jugada que Mateo Busquets Ferrer no consideró punible en el campo y a la que Carlos Del Cerro Grande no entró desde el VAR.
Hubiesen sido dos puntos valiosos para los visitantes de sancionarse el penalti y ser transformado en gol. Pero no fue pitado y el Athletic, tras verse tercero hace dos jornadas, es quinto. Y con la posibilidad de quedarse a cinco puntos de Barça y Atlético si ambos equipos solventan esta semana sus partidos aplazados. Un frenazo tras verse en Champions.