Flipando aún con el sorpasso del Mallorca en Anoeta, pese a la lluvia, algún incidente de los radicales en la entrada al campo y un enorme despliegue de la Ertzaintza, en Bilbao todo el mundo miraba esperanzado a la cita de este jueves. El sueño de poder acompañar al Athletic Club a una final, esta vez con público, no como en 2021, de la Copa del Rey en La Cartuja de Sevilla (el día 6 de abril) está al alcance de la mano. De momento, la escuadra de Ernesto Valverde debe hacer valer el gol de la ida, de Alex Berenguer en el Metropolitano, y apear al Atlético de Madrid del Cholo Simeone en San Mamés (21.30 horas) en la vuelta de la semifinal del torneo del KO.
La afición zurigorri está volcada y quiere ayudar con su impulso a los Leones de Ernesto Valverde a sacar el billete para la finalísima, que se va a dilucidar esta noche en un ambiente volcánico, la grada a reventar de athleticzales, y con el arbitraje del alicantino Juan Martínez Munuera.
Ante una cita deportiva de tanto calado como la que se afronta en este Clásico copero ante el Atlético se ha vivido primero una gran salida del hotel de concentración de los Leones, en mitad de la Gran Vía en este caso, y luego un tremendo pasillo de fuego para enmarcar la llegada del autobús a San Mamés en la noche bilbaína desde lejos ya que los beltzas estaban acordonando la zona.
Saltaban chispas para empujar a la tropa vasca aunque no tan cerca como se deseaba al ser un partido de ALTO RIESGO con la visita del Frente Atlético, al que le han detenido un autobús en Ugaldebieta.
Bienvenido es todo lo que pueda servir para calentar el ambiente y la animación de San Mamés, que aspira si no a un llenazo por aquello del frío, la tardía hora, etc... a superar las 51.544 personas e incluso firmar una entrada récord en lo que hace referencia a los partidos del Athletic. Hasta ahora fijada con la semifinal ante el CA Osasuna de 2023.
Se espera una avalancha de camisetas rojiblancas y, en resumen, vivir una noche de Sentimiento Athletic coronado con el pase a otra final, que sería, ante los sorprendentes bermellones del Real Mallorca con el viejo zorro del Vasco Aguirre al timón.
Llegada del autobús del Atlético a San Mamés