El gesto de grandeza de Aitor Paredes y Raúl García con el Mallorca nada más ganar la Copa

El triunfo del Athletic Club en la Copa del Rey está permitiendo a mucho aficionado neutral conocer cómo se las gasta el club rojiblanco. Cercano, familiar... especial. Solo hay que lanzar una pequeña vista a la comentada celebración de la plantilla de Ernesto Valverde por el centro de Bilbao. También lo representan a la perfección historias como la del aficionado de los leones que portó en su camiseta a su compañero de finales recientemente fallecido. Y un sinfín de anécdotas que se produjeron en el Estadio de La Cartuja que encarnan muy bien lo que significa el club bilbaíno. Sin embargo, hay un momento del partido ante el Mallorca protagonizado por Aitor Paredes y Raúl García que ha pasado un poco de puntillas.

Ya lo decía Iker Muniain al llegar a Bilbao: "Me sigo poniendo poniendo nervioso. Los que estuvimos abajo no hemos pasado tanto miedo en la vida en un campo de fútbol. Fue terrorífico, un momento de angustia muy grande que finalmente tuvo un final muy feliz".

Es un sentimiento común. Los aficionados del Athletic Club, tanto en Sevilla como en San Mamés, vivieron la tanda de penaltis ante el conjunto de Javier Aguirre con el corazón en un puño. Y en ese momento en el que suben las revoluciones, con el peso de cuarenta años de espera para alzar esa Copa del Rey... emergió la grandeza, el señorío y saber estar de Aitor Paredes y Raúl García.

Con el penalti final de Álex Berenguer, las lágrimas brotaron en los futbolistas. Tanto del Athletic Club como del RCD Mallorca. Todos corrieron tras el extremo rojiblanco, que iba directo al fondo donde los seguidores de los leones se dejaron sus gargantas durante más de 120 minutos de juego. Mientras tanto, los dos citados futbolistas de Ernesto Valverde fueron a consolar a la plantilla bermellona.

El señorío de Aitor Paredes y Raúl García con el Mallorca

Como se puede apreciar en el resumen de la final de la Copa del Rey emitido por la Real Federación Española de Fútbol, Aitor Paredes y Raúl García fueron los únicos en acudir a consolar a sus rivales tras un encuentro de igual a igual. En las citadas imágenes se puede ver tanto al central como al veterano delantero repartiendo abrazos y mandando ánimos a compañeros de profesión.

Este detalle, que ha pasado un poco desapercibido, también explica a la perfección lo que significa el Athletic Club, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego.

Sin duda, los futbolistas del RCD Mallorca no olvidarán el detalle que tanto Aitor Paredes como Raúl García tuvieron con ellos. Y es que en el fútbol, cuando la pelota deja de rodar, también florecen historias de amistad, más allá de colores.