¿Qué pasa con el Athletic? Si no te cortas el brazo te pito penalti...

"Viernes antes de cenar, el Athletic fue a jugar, pero no pudo jugar porque tenía que ganar. "Así ganaba, así, así... Así ganaba, así, así... Así ganaba, así, así, Así ganaba que yo lo vi"... Un Athletic Club 'deteriorado' de salida. "No es perfecto", canta Txingurri, "más se acerca a lo que yo simplemente soñé. En cuanto al 'Geta', un Bordalás distinto. Tal vez porque los trabajadores que tiene a su cargo sean diferentes. Los que entienden de fútbol se refieren a "una plantilla de más calidad".

Vayamos con el partido. Éste. El choque y sus circunstancias. Un duelo que no guardará semejanzas con esos otros a los que el míster de Alacant nos tenía acostumbrados. Quizás porque entiende que ir a buscar al Athletic es lo que debe. Porque puede. O cree poder. Valiente es su propuesta. El Athletic la siente, la sufre, pero no cede. "Si al Villarreal le ganamos borrachos" [declaraba entre risas Iñaki Williams], cómo no vencer al Getafe si la plantilla está instalada en el 0-0.

Arriesga Bordalás, pero la suerte no le sonríe en el casino del Coliseum...

Al contrario. Se dispone a manejar el cubilete cuando Iñaki Williams lo desnuda plagiando el disparo más bello y certero de su hermano. 'Camino Soria'. Esta vez, no. Se estirará a lo ancho en toda su extensión. Ni por esas. La base del palo largo se convierte en quimera cuando el balón la roza, sigiloso, con mimo. A partir del gol, cambia. Todo cambia.

El partido se asegura la ausencia de perdidas de tiempo y todo tipo de artimañas y triquiñuelas. Observamos, entonces, la antítesis de lo que recordábamos. Porque este  Getafe es otro. Diecisiete puntos por encima del descenso le permiten probar sustancias otrora prohibidas para un Club que tiene la permanencia marcada con un tizón negro en su frente cainita.

Cuando, en el 57', el Athletic colocó su segundo gol en el pebetero de la banda, me pareció escucharle a la suerte, "Ya estoy echada". Ganador, un equipo que había ejecutado el contraataque de una manera sublime. Banda derecha. Nico Williams intercepta, corre, regatea, se agiganta cuando agudiza la vista y ve a su hermano corriendo a su  par  por el costado izquierdo. Pase de la muerte. Ejecución. Acaban de matar y no se esconden. Al contrario: estampan su firma sobre la fría lápida del Coliseum.

Cayó Yeray en el 57. "Bildurrik, ez; jo ta ke, Athletic". Pesa el escenario, sin embargo. Pesa el adversario, sobre todo, "Tenemos tiempo suficiente para voltear el marcador ante un equipo que juega con diez". Bordalás está convencido de la remontada. "No pasarán", es Valverde, arengando a los leones desde su zona de sufrimiento.

Caerá, también, Aitor Paredes, por defender de primeras a Unai Simón. Ya le había advertido 'Gilma' a Rulo. 'Mira que si no te cortas el brazo te pito penalti'. Hombre de palabra este colegiado. Valverde se enerva. No era menos. Simón baja la persiana a la hora del lanzamiento desde el punto fatídico.

En  el Coliseum retumba Roma. Como sucedía con los gladiadores en el monumental Circo del Imperio, el  sudor  de los futbolistas se convertirá en preciado perfume; la sangre se utilizará como afrodisíaco. El pueblo, que para eso paga el abono o su entrada, se ceba con los leones. Les han contado que estos, sí, estos leones oyen, escuchan, comprenden.

Al tanto de su extrema sensibilidad, insultan, ofenden. Se activa el protocolo de rigor, "Por favor, se ruega al publico que no sea malo, que se porte bien porque si no"... El tiro por la culata. "Puto vasco el que no bote, es, es". "Puto vasco el que no bote"...

Caña contra el Athletic

Helos ahí. Toda esa gente que en los prolegómenos tiraba de pañuelo para secarse las lágrimas de emoción al ver a tanta madre, esposa, socias del Getafe y otras mujeres honorables, toda esa grada, en la cantidad que cada uno estime, tacha de 'prostitutas' a las madres que gozaron del privilegio de haber parido cachorros, leones... y todo ese millón de mujeres y hombres que acompañaron a la Gabarra en su gloriosa remontada desde el Abra hasta ese punto en el que el tiempo se detuvo para que  toda aquella persona que tuviera ganas de lágrimas pudiera llorar a moco tendido, y también tiernamente.

"Puto vasco el que no bote". Si en San Mamés al Comité de Competición no le tiembla el pulso e hila muy fino a la hora del castigo, que no se arredre en lo concerniente a los graves hechos acontecidos en el Coliseum. Para que los cobardes tomaran ejemplo.

• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista