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La ley de la selva del Búfalo Villalibre

Kuitxi Pérez García

Quién lo diría. Luego de cuatro partidos de abstinencia, Osasuna se estaba emborrachando de fútbol en la Catedral. Como si quisiera reivindicar el carisma de su nombre, los rojillos saltaron al verde con la intención de aportar 'lo suyo' en el homenaje que el Athletic Club le brindaba a Raúl García. Junto a sus hij@s y su mujer saltó en los prolegómenos. Escoltado por Carlos Gurpegui y Patxi Puñal, histórico capitán del Club Atlético Osasuna que, por su certeza desde el punto fatídico, mereció aquel artículo que pude leer en el Café Iruña de la capital del Viejo Reino: "No digan penalti, sino 'Puñalti".

Bajas a 'chorramortero'. Ausencias que acusó más el Athletic, que apuraba su último 'sorbito' de champán para 'colocarse' en zona Champions. Con Bittor Alkiza situado en la 'zona de influencia', ese área técnica desde el que tantas veces fuera arengando por su gran valedor, Luis Fernández, el 'francés de Tarifa'. Cómo no recordar Alkiza aquellos años de gloria que vivió como león luego de que una mañana apareciera en Bilbao tras haber pasado la noche en Zubieta… Jugón. Con ese nervio que se adquiere respirando el aire de Lezama.

Gol de Asier Villalibre ante el CA Osasuna en San Mamés (Foto: Athletic Club).

Difícil entender, se decía al principio, la calidad de un equipo que había vivido en el vapuleo. Notable su técnica individual y colectiva. Fútbol alegre, con ritmo, incisivo y agresivo. Hemos venido a ganar, creí leer en los labios de Rubén García, bandera zurda e inteligente, futbolista excelso que convertía a Osasuna en un quebradero de cabeza continuo para un Athletic vistoso, pero vulnerable.

Cada transición rojilla era una amenaza para la portería de Unai Simón. Osasuna. Salud, brindaban cada vez que pegaban un arreón. Fútbol de salón. Saliendo a bailar al Athletic. Gozaba Iker Muniain. Luego de levantar la Copa, no había mejor regalo que la titularidad. Viendo su desparpajo, esa calidad que solo atesoran los virtuosos, me preguntaba,...

Qué delito tan grave habrá cometido para que su entrenador lo haya tenido preso en la celda más húmeda de la trena. Pena que ya no haya marcha atrás. Se nos va 'Muni', y con él, la magia.

Iker Muniain, titular y capitán ante el CA Osasuna en San Mamés (Foto: Athletic Club).

En su día, su amigo Berenguer le entregó los trastos para que el 'pony de la Txantrea' entrara a matar. Hasta la bola su espadazo. En escena entraron, entonces, los hombres del VAR para decirle a niñas y niños que los Reyes del gol son los Padres.

Qué obsceno. Qué perverso. Qué canallada. Recurrir al culo de Alex Berenguer como excusa necia para anular un gol en cuya jugada previa se habría incurrido en 'orsai'.

Árbitros. Miedo. Pánico. Desde su 'alzamiento', se han convertido en 'dictadores' hilvanando el fútbol desde las alturas. La línea exacta no existe. Siempre habrá un centímetro, un milímetro. Ganas de lágrimas tiene el fútbol. Lloro con él en todo lugar, en todo tiempo. Cómo negarle a Muniain el que podría haber sido el ultimo gol vistiendo la zamarra zurigorri!

Polémica en Bilbao con el fuera de juego pitado a Alex Berenguer en el derbi Athletic-Osasuna de San Mamés.

De seguido, el chivatazo cobarde, Te castigo con este gol, Athletic, para que rumies la impotencia en la caseta. Y este otro, a la vuelta al juego, para que el cronista intente lucirse con una de sus estupideces. Fue Jesús Areso. Se quitó el balón de encima, o sea, un pelotazo en toda regla.

A la altura del centro del campo, dibujando con sus cuerpos una de las cuatro caras de la pirámide de Keops, Ander Herrera, vértice cimero; en la base, a uno y otro lado, dos compañeros atentos para abortar un hipotético contraataque. Ander duda. Mas al ver a sus dos compañeros perfectamente ubicados, se queda a la espera de "juntas las filas". Desde los vértices hasta el centro. Cierre de filas que no llevan a cabo.

Dándole la espalda a Unai Simón, inertes, anclados en un pasado de cuatro mil quinientos años, atónitos soportan la carrera de Rubén García, saqueador que traspasa las moles cúbicas, llega a la cámara funeraria y, haciendo acopio de tanta riqueza, se presenta ante Simón y le dice, Piedra eres, inmutable, te mato y no sangras, regreso adonde mi gente para celebrar el botín y compartirlo. (0-2)...

Raúl García, a la carrera sin ahorrar sudor ante Osasuna en San Mamés (Foto: Athletic Club).

Es frase hecha, y manida, esa que dice que "los que olvidan su historia están condenados a repetirla". El [0-2] del 10 de mayo de 2024 era el [0-3] del 22 de enero de 2005. A falta de media hora, minuto arriba, minuto abajo, los jugadores de Athletic y Osasuna se movían por el verde ajenos a aquella historia tan bonita para el fútbol: "Txingurri / cuéntame otra vez / esa historia tan bonita / de aquel Athletic tan loco / que le remontó a Osasuna".

Porque Ernesto dirigía al Athletic. Juego revolucionario. En el otro banquillo, el 'vasco Agirre', guerrillero tirado al monte de la Serra de Tramuntana. Sólo Patxi Puñal se acordaba: "Los que están en el verde desconocen la historia; tengo miedo de que se repita". En su área técnica, Alkiza cargando con sus  recuerdos del futuro. Yeste, Yeste, Tiko, y el éxtasis cuando en el 89' remachó Guerrero ante un indefenso Elía.

Estaba Gurpegui en el campo, como ahora lo está en la grada luego de haber colocado al Bilbao Athletic en su 'zona de influencia'. En el 57', un derechazo brutal de Iñaki Williams agitó la 'memoria colectiva' de Osasuna. Murillo le lanzo un guiño cómplice a 'Gurpe'. Y ahora qué hacemos, Hagámoslo otra vez...

Salto de Unai Gómez en el derbi vasco del Athletic ante Osasuna en San Mamés (Foto: LaLiga).

Un balón en el aire, flotando, como a la espera de que el arquero osasunista, Herrera, lo atrape. Tenía todas las de la ley. Acechaba Asier Villalibre, sin embargo. Tengo miedo, ay de mí, de que este Búfalo me lleve a su terreno, una 'Ley de la selva' que me horroriza. Villalibre y él, que recién habían comparado el ataque y la defensa. Como sebo en sus guantes donde la pelota resbala, se desliza, cae, ya no es de él, 'conCatena' en su cabeza.

Muerta la pelota, como se dice, para que el vocalista de 'Orsai' la encaje en la portería que más cerca le queda a mi corazón, salta, asalta, "Que bote San Mamés", porque este empate in extremis le sabe a gloria a tod@s los que entramos en éxtasis cuando Julen Guerrero le encajó el cuarto a aquel Osasuna del 'vasco Agirre'. Txingurri reinaba entonces, como Valverde lo hace ahora. "La importancia de llamarse Ernesto"…

• Por Kuitxi Pérez, periodista y exfutbolista

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