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La Gabarra Athletic no eran los padres

La Gabarra Athletic navega el 11 de abril bajo el Puente Colgante (Foto: Athletic Club)
Abel Romera

A mis 42 años he podido comprobar que la tan cacareada y mítica Gabarra del Athletic Club existe y no se trataba de una ilusión equiparable a la de los más pequeños la noche de Reyes Magos. Las derrotas en las finales de 1985, 2009, 2012, 2015, 2020 y 2021 dibujaron en mi cabeza una imagen del trofeo copero envuelto en una nebulosa inalcanzable. Esta idea desapareció de raíz el pasado 6 de abril, única vez que el fútbol me ha hecho llorar. El penalti definitivo de Berenguer hizo brotar de mis ojos unas lágrimas que no consiguieron sacar las seis finales de Copa perdidas ni la derrota en la de Europa League en 2012.

El triunfo ante el Mallorca en La Cartuja, eleva la temporada del Athletic a una nota de sobresaliente. El título, alcanzado 40 años después, serviría para restar importancia al papel del equipo en la Liga, pero ahí los de Ernesto Valverde también han sabido dar la cara y lograr una clasificación en plaza europea que no se alcanzaba desde la temporada 2017/18.

El entrenador, Ernesto Valverde, hace fotografías para su archivo personal desde la Gabarra Athletic.

Tras un primer partido con derrota y muy malas sensaciones en San Mamés ante el Real Madrid, el equipo se erigió en un conjunto rocoso defensivamente, trabajador, eléctrico y que veía puerta con facilidad. La inercia que tomó el equipo consiguiendo 14 de los 18 siguientes puntos en disputa sirvió para que los leones se lo creyeran y se llenaran de una confianza que hacía temblar las piernas de sus rivales cuando miraban el calendario.

Una de las claves para la exitosa campaña rojiblanca ha sido la aparición de varios cachorros que han tirado abajo la puerta del primer equipo. La irrupción de los Aguirrezabala, Paredes, Imanol, Jaureguizar, Beñat Prados, Adu Ares, Unai Gómez y Nico Williams se convirtió en la pieza de encaje perfecta para los ya consagrados Simón, De Marcos, Yuri, Vivian, Galarreta, Sancet o Iñaki Williams, entre otros.

El meta Unai Simón ganó el Zamora ante el Rayo en Vallecas (Foto: Athletic Club).

Mención aparte merece el Trofeo Zamora logrado por Unai Simón con la colaboración, claro está, de la seguridad defensiva antes mencionada aportada por la retaguardia rojiblanca. El muro formado por el meta rojiblanco, que jura y perjura amor eterno al Athletic(bendita suerte la nuestra), los dos centrales y los dos laterales habituales en los onces de Valverde han conseguido acabar el campeonato con 37 goles encajados, sólo superado por los 26 recibidos por el campeón Real Madrid.

Otorgarle al equipo un sobresaliente, como he dicho anteriormente, y no una matrícula de honor responde únicamente a la ‘relajación’ del equipo en cuanto a resultados tras el triunfo copero. Los empates en San Mamés ante Villarreal, Granada y Osasuna, sumados a los puntos que se escaparon en visitas a equipos como el Almería, han marcado la diferencia entre el sobresaliente y la excelencia de matrícula de honor.

Esos puntos han privado al Athletic de volver a Europa por la puerta grande, en la Champions League. Pero que nos quiten lo bailado, hemos sacado la Gabarra cuatro décadas después, volveremos a viajar por Europa tras seis años sin hacerlo y en el horizonte, la final de la Europa League en San Mamés, ¿puede existir mayor motivación de cara a la próxima temporada?, yo creo que no. Hay equipo y ganas. ¡Vamos a por ello!

Tifo y mosaico en un partido del Athletic Club en San Mamés (Foto: DMQ Bizkaia).

La pega a la gran campaña del Athletic Club

Quizá, el único ‘pero’ que se puede poner a la temporada es la falta de minutos para algunos jugadores que merecían más oportunidades. Hombres como Muniain, que ha sabido adaptarse a la perfección a un nuevo rol en la plantilla, Dani García, que buscará un nuevo proyecto lejos de Bilbao en el que sentirse importante y Villalibre (pichichi de la Copa), que parece saldrá camino a Vitoria para enrolarse en las filas del Alavés, al que ascendió la pasada temporada con su decisivo penalti.

El final de temporada ha servido para despedir a gente que empezaron siendo jugadores del Athletic y se van como mitos del Athletic. Muniain y Raúl García (no serán los únicos) dicen adiós dejando una estela de goles y recuerdos imborrables en la cabeza de cada aficionado athleticzale. Se marchan habiéndose entregado en cuerpo y alma por el escudo del club y sin haber escatimado ni una gota de sudor en el esfuerzo por intentar llevar al equipo a lo más alto.

El vestuario bilbaíno tras superar la semifinal de Copa en San Mamés (Foto: Athletic Club).

Ahora toca que los héroes de la Gabarra disfruten de su merecido descanso para volver al 200% a la pretemporada, para demostrar que en la cuadrilla que forma esta plantilla hay equipo y fútbol para muchos años y muchos éxitos. ¡Nos vemos en agosto! ¡Aupa Athletic txapeldun!.

· Por Abel Romera, Periodista de AS y seguidor del Athletic Club

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