No es es noticia la salida de Asier Villalibre al Deportivo Alavés. O no lo es tanto como que el ariete euskaldun de Gernika haya permanecido siete temporadas ligado al primer equipo del Athletic Club. Nos referimos a su voluntad para haber mantenido su condición de león durante tanto tiempo; y a la del Athletic, por haberlo [re] tenido a su lado. Voluntades acérrimas, pero como 'de prestado', sostenidas en el aire, flotando, como a la espera...
La esperanza de Asier, su bendita inocencia. Creer que con insistir, jo ta ke, sería suficiente para convertirse en un 'nueve al uso' del que San Mamés quedara prendado. Mientras, el Club, que nada perdía en el empeño tratándose de un futbolista noble, formal, educado, esperando que, como a veces sucede, pegara un estirón tardío que lo convirtiera en un gigante.
Finalmente, la cuerda se ha terminado rompiendo por los dos lados. La del Athletic, que nada perdía; la de Villalibre, que, luego de asumir durante años el rol de 'suplente', y no 'de lujo' precisamente, quería probar sobre el verde de Mendizorrotza sus ansias de titularidad.
Y lo hace bendecido por ese gol desde la cal que colocó al club de Gasteiz en la élite. Al Alavés de Luis García Plaza, un técnico hechizado por el carisma de "El Barbas". Dos veces lo quiso, otras tantas le fue negado, ni fichado ni en cesión.
Su contrato habría finalizado en 2023 de no haber sido renovado dos temporadas más por la directiva de Jon Uriarte Uranga. Llovían suplencias sobre el verde mojado de la Catedral, y, sin embargo, el Club, como si quisiera estirar hasta el limite la carrera en el banquillo de un jugador nacido con trazas de triunfador.
La esperanza de esperar. Como si en el juego de la espera el futbolista y el Club se encontraran realizados, al margen del fuera de juego, insertos en la historia de un Club que nunca fue cantado con más verdad que con Asier a la voz y la trompeta de 'Orsai'.
Aunque Villalibre no lo desee, se va del Athletic como la 'banda sonora de nuestros últimos años'... y el 'ultimo' valiente' que se atrevió a ser juzgado por la afición del Glorioso como 'héroe' de 'Mendi' o 'villano' del 'Ciutat de Valencia'.
Y como Villalibre jamás levantó la voz, Valverde, su último técnico, llamándose a andanas, utilizando un tópico que me resultaba hiriente: "Es un delantero que está con nosotros, que ha sido importante para el Club y que puede serlo. El Club lo ha hecho pensando en el futuro. Ahora no está entrando, pero tiene gol. Yo cuento con él" [21-1-2023]...
En julio, once, de 2023, Valverde, como si la suerte del jugador le fuera impuesta, "La idea es que se quede con nosotros. Entra en mis planes. Si le iba bien con el Alavés, nos viene bien a nosotros".
Y para dotar de sorna a su discurso, Ernesto 'culpa' a los ingleses, inventores de un juego que se inicia con once... "Si se pudieran alinear más, tendría más posibilidades". Y para cerrar su turno de réplica en torno a la suplencia del 'Búfalo', una "joya", como la que le regaló a Mikel Balenziaga, "con corona y todo".
Mientras para Valverde, un suplente menos, al Deportivo Alavés le llega un ariete "potente, con gran capacidad para proteger el balón y generar jugadas ofensivas. Habilidad para presionar a las defensas. Destreza en el juego aéreo. Pieza clave para el esquema táctico de García Plaza".
Fuera de Lezama, Javier Clemente, "probando y entrenando con tiempo", veía en Asier Villalibre "un buen defensa izquierdo". Para gustos, los colores: los del Athletic, los de Valverde, los de Clemente, los del Deportivo Alavés y los de Luis García Plaza. Al que le sugiero que entre en aquel Bilbao Athletic de Cuco Ziganda, cuando, a los 18 años, la cara de Asier Villalibre lucía afeitada.
• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista