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Iribar: "San Mamés es de 7 estrellas, pero la afición del Athletic es de 10 estrellas"

32 años siguiendo la información del Athletic.

"El Txopo es dios", cuántas veces no habremos oído esa frase en Bilbao y sus alrededores. José Ángel Iribar es un icono, un Ilustre de Bilbao y un emblema del Athletic Club que por algo tiene una estatua delante de San Mamés convertida en referencia visual obligada y punto de encuentro para tantas personas que acuden a los partidos de los rojiblancos.

A sus 81 años, Iribar, más allá de los números representa unos valores y es el mejor emblema y embajador de una Filosofía Athletic que causa admiración en el mundo entero. Así lo ve él mismo en una entrevista que ha concedido en Onda Vasca, donde explica que "tenemos un estadio, San Mamés, que también es de siete estrellas, pero el público es de diez estrellas. Eso es lo realmente importante".

Y es que no, tan solo los números no enmarcan la verdadera grandeza de Iribar...

Una persona que con el paso de los años ha sabido superar su timidez y abrirse a la gente. Fue portero del Athletic Club entre 1962 y 1979, el equipo con el que ganó dos campeonatos de Copa (1969 y 1973) y un Trofeo Zamora décadas antes del de Unai Simón en la pasada temporada. Además, entre 1964 y 1976 fue el guardameta titular de la selección española, con la que ganó la Eurocopa de 1964 ante la Unión Soviética.

'El Txopo' Iribar sopla una tarta con jugadores como Iker Muniain, Iñigo Lekue o Iñaki Williams en Lezama por su 80 cumpleaños (Foto: Athletic Club).

Humildad... Cuando le cantan aquello de 'Iribar, Iribar es cojonudo', él suele responder: "No, los cojonudos sois vosotros"

El cambio en la manera de ser del Txopo con los años

“Con el compromiso adquirido (en el área social del Club) me ha hecho ser mejor persona, ser más cercano a la gente. Cuando yo llegué, era muy tímido y a veces la timidez hace que no estés tan cerca de la gente, te retraes, tienes los complejos de estar alejado. Yo creo que eso lo he superado e intento ser cada vez más cercano con la gente y devolver el cariño que recibo”.

"La verdad es que ya he espabilado un poco porque cuando vine de Zarautz era un pipiolo. Cuando llegué a Basauri y a Bilbao me pareció que llegaba a Nueva York porque era otra tipología de gente. Y aunque noté la diferencia, me sentí muy a gusto desde el principio y me adapté rápido", ha explicado.

La estatua de Iribar, rodeada de la afición en la explanada de San Mamés (Foto: Athletic Club).

Iribar y el valor de la Filosofía Athletic

Es un sentimiento que va más allá del fútbol en sí mismo… "El convencimiento de la afición, la pasión de los athleticzales ha ayudado mucho a seguir manteniendo la Filosofía. Siempre nos hemos sentido muy apoyados en este sentido, sobre todo, cuando sales fuera y hay gente que, de alguna manera, está allí, empujando para que sigas. Y eso ha sido muy importante a lo largo de los años", ha agradecido.

"Ganar la copa ha sido increíble. Mucha gente joven estaba añorando y pidiendo algo así y, por fin, lo conseguimos. Eso va a traer a una nueva generación de athleticzales porque a todos nos gusta que nuestro equipo sea campeón y nuestra Filosofía es única porque formamos y seguimos jugando de la manera tradicional. Eso la gente lo valora y lo aprecia", precisaba.

Leyendas: Javier Clemente, Aritz Aduriz e Iribar, en San Mamés en el 125 Aniversario (Foto: Athletic Club).

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