Sendoa Agirre. Delegado del Athletic Club. El hombre encargado de entregarle al árbitro las fichas de los futbolistas. Y el carné de entrenador de Ernesto Valverde, y el de Jon Aspiazu, su 'eterno segundo'. Luego de haber estudiado las prestaciones del AZ Alkmaar, Ernesto manejó la variante de convencer al árbitro magiar para que diera por bueno su título de 'Administrador de empresas'.
"Siempre que vaya acompañado por el de entrenador que lo capacita para sentarse en el banquillo como primer técnico del Athletic Club". Son elucubraciones. Pero es que, vista la manera de maniobrar de los leones ya de inicio, intuía que Ernesto oficiaba de 'administrador de la empresa' de un partido tan decisivo como peliagudo.
"Persona responsable de realizar todas aquellas actividades necesarias para alcanzar los objetivos planteados". El Athletic sometió al AZ Alkmaar (2-0). O sea que, el fin justificó los medios utilizados por Txingurri. Planificó correctamente el partido. "Organizó el juego en toda su extensión para poder controlar su desarrollo". Desde el inicio hasta el final. Cuando imperaba el empate. A partir de la primera ventaja. Y desde que aseguró la empresa hasta su conclusión.
Asumió el Athletic el protagonismo que su rival le concedía. Mirando siempre hacia adelante, pero sin darle al equipo neerlandés las opciones de las que Atlético de Madrid y Sevilla gozaron para llevarse cuatro puntos de San Mamés.
Concienciado. Concentrado. Cauto. Nunca, temeroso. Ni cobarde. Hizo de la paciencia su mejor virtud.
"Si a Julen no le marcan, medio camino lo tenemos andado; más cerca de la victoria que del empate". No se trataba de hacer alardes tan fatigosos como estériles. "Ganar, ganar y ganar", arengaba a sus jugadores el 'sabio de Hortaleza". "El que busque diversión y espectáculo que se vaya al Circo", solía recomendar Javier Clemente en aquellos 'años de las Ligas'.
"Los primeros 20 minutos han sido magníficos, pero nos hemos precipitado". Una de cal y otra de arena para su gestión al frente de la 'Empresa'. "En el descanso hemos hablado de calmarnos y de intentar jugar para llegar más juntos arriba". No quería darle pistas al entrenador rival.
Por aquello de las cámaras y los micrófonos que se meten hasta en las duchas. Lo que en realidad había hecho era activar el 'departamento de Recursos humanos'. "Con uno me basta, siempre y cuando los compañeros estén a la altura de sus prestaciones". Se refería a Nico Williams, "un seguro". A su "entrega" y "valentía", a su "uno contra uno". Así fue.
Luego de haberse chocado una y otra vez con el muro defensivo, el "tesoro" que "para el Athletic" es Nico Williams no tuvo que dejar derrengado a su oponente para, con el interior total de su pie izquierdo, sellar un envío urgente y certificado a ese domicilio del gol que habitaba su hermano. Gol de 'killer'. ¡Y luego dicen que Iñaki es caro!
El objetivo de la empresa, sin embargo, no estaba asegurado. "Persevera, Nico", musitaba Valverde desde su zona de confort. "Claro, míster, cómo no". Recortó hacia dentro. Su disparo lo escupió Owusu. Sancet no le hizo ascos al balón. Llegaba de atrás cuando le dio por romper la pelota y quemar la red.
Ernesto Valverde. 'Fotógrafo'. 'Entrenador'. "Administrador de Empresas". "Responsable necesario para alcanzar los objetivos planteados". El largo regreso a la Europa de la Catedral había merecido la pena.
• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista