El Athletic, ante la derrota más dolorosa y triste del mundo

Pase de mí este cáliz, amargo como ninguno con el Athletic Club de Ernesto Valverde. Dolorido y triste, con el añadido de un 'chupito' de hiel. Como preludio, desarrollo, conclusión y epílogo, dirigirme a todas las personas que, así sean entrenador@s, futbolistas o aficionad@s, adquirieron en su día el torpe vicio de afirmar que "los penaltis son una lotería". Acostumbran a utilizar la sentencia cuando los partidos en los que no se contempla el empate, agotada la prórroga, los lleva el reglamento a ese 'punto de cal' al que le dicen "fatídico".

Tras caer de manera cruel el Athletic en Montilivi, l@s 'ideolog@s de la suerte no están legitimad@s para descargar su rabia contra Alex Berenguer, Iñaki Williams y Ander Herrera. "Jugábamos tres papeletas en el 'Sorteo de los ONCE' y Fortuna no tuvo a bien extraer dos números, al menos, del 'cuerno de la abundancia". Qué se le va a hacer, verdad; un hombre que a Gerar Manzisidor y a mí nos entrenó en La Florida lleva toda la vida esperando que el número escrito en una papeleta altere de raíz el último tramo de su vida.

Daba por bueno el Athletic el juego coordinado y vistoso del Girona

Con gusto lo asumía porque el 'as' que Valverde guardaba debajo de la manga era 'de traca'. Girona, los volcanes de 'la Garrocha', la Costa Brava y Montilivi. Estadio, este último, donde el 'Athletic de Valverde' se quería reivindicar como candidato para la final de la 'Europa League'.

Se levantó, valiente, cuando Berenguer tumbó el ánimo de sus compañeros con un lanzamiento penoso desde el punto de penalti. Liderado por Ander Herrera [uno de los mejores partidos que le recuerdo], la cuadrilla athleticzale, con su juego delicioso, consiguió saltar al otro lado del espejo para encontrarse con Alicia en el 'País de las Maravillas'. Y no era cuento.

No se arredró cuando Padilla sintió el aliento del gol detrás de la nuca de un rival que fingió estar en fuera de juego. Alex Padilla, que, más allá del empeño de Txingurri en señalarlo como "tercer portero", con su portentosa actuación, me hizo sentir que es 'posible' la 'utopía' cuando un guardameta sustituye a Ángel Iribar, jubilado poco antes de las 'ligas de Clemente'.

Aceptó el reto el Athletic. "Ahí la tienes", le dijo Alex a Oihan, y Sancet fusiló a Gazzaniga, que se hizo 'el muerto' a la espera de 'fingir' que había resucitado. Como en 'La Muerte' de Clint Eastwood, la igualada 'tenia un precio': el pinchazo malicioso de la espina en la musculatura del goleador.

55'. Turno para Iñaki Williams desde los once metros. Idea de bombero la de pretender colársela rasa y al medio al portero en su intento de imitar a Panenka. Se había saltado la 'ley de la raya' el arquero en su intento de conseguir evitar el segundo gol del Athletic.

!Lo tiro yo!... gritaba desde mi casa. Cogió el balón Ander Herrera. Como un cordero que camina por su cuenta al matadero. "Un error técnico a la hora del golpeó", confesó el 'hijo de Herrerita'. Tres balas, tres, demasiada munición desperdiciada.

La 'plebe', que había cantado los penaltis en ironía, habría de comerse a besos al árbitro cuando, desde la Sala VOR, Del Cerro Grande se chivó a Pulido Santana.

Por qué lo hiciste, Paredes, por qué. Luego de medrar hasta someter al Girona con un fútbol de alta escuela. Y de aguantar el chaparrón, también. Esa corta, pero intensa 'llovida'. Tempestad que no fue tal. Calma que Padilla exigió al Cielo, que de sobra se había ganado al convertirse en 'columna' que sostenía el firmamento en la tarde gerundense de Montilivi.

A punto estuvo de ganarle la partida a Stuani. Escrito estaba, sin embargo, en el libro de estilo de Michel Sánchez, que "los penaltis no son lotería". Dolor y tristeza luego de la cruel derrota del Athletic en Montilivi. Leones que habían sacado a la luz de la media tarde la identidad de un portero nacido en 'Murphy', Santa 'Fe'. 'Ley de Murphy'. 'Fe que mueve montañas'. Asumamos la cruda realidad.

• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista