Concatenación como nexo, eslabón o vinculación. Gonzalo Gaztañaga 'Lalo' ya estaba en el Barakaldo CF cuando Daniel Ruiz Bazán, 'Dani', recaló en Lasesarre. 1972. Al regate, la velocidad y la finura se le añadía la furia, el trabajo, el poso y el gol. Un diestro a pierna cambiada al servicio de un futbolista del que se dice que "mañana será león". El fabril y el encartado, el de Barakaldo y el de Sopuerta. Juntos, colaborando en el 'largo regreso a casa' del que no sabía que de lo fétido del barro habrían de surgir dos ligas y una copa; y del 'Real Club Marítimo del Abra', una Gabarra capaz de soportar el peso de un millón de almas.
Sodupe, Getxo, Villosa, Bilbao Athletic. El Athletic bien vale la 'misa del verde y el barro'. Allí fue donde el camino de Dani y el mío se juntaron. Porque al jugar juntos, el futuro se empezó a escribir en la mezcla, "en la mezcla de lo puro que antes que puro fue mezcla". Dos hombres en el ataque. Dos genios en pie de guerra.
Terminada la cesión, sus caminos se separaron. Dani, para convertirse en 'león' a muy corto plazo. 'Lalo', una de esas viejas glorias que el Club Portugalete se trajo a La Florida para que 'Luis', en edad juvenil, pudiera 'contaminarse' del 'deje de campeón' que le había metido Dani a Gonzalo Gaztañaga 'Lalo' en su bota derecha.
Lalo, el que botaba los córneres con el empeine total de su pie. Se debería esperar hasta el partido de vuelta de la final de la Copa de la UEFA [1967-77] para que Lalo estuviera con el alma en vilo a la espera de que Dani le encajara a Dino Zoff el tercer gol, ese que deshiciera la maldita, e injusta, norma de darle el titulo a la Juve por el estúpido hecho de haberle batido a Iribar en la Catedral. Lo que no se tuvo en cuenta fue el magnifico juego que el Athletic de Koldo Agirre desplegó en el Comunale de Turín.
Los que crean que Dani fue un jugador cuyo hábitat natural era el área, y su virtud, la pegada en las distancias cortas, pasen y vean aquel magnífico duelo que el Athletic libró ante las huestes que, en 1982, habrían de estructurar el once soñado de una Italia campeona del Mundo.
Nombres al aire, rebajado su status al de guardianes del 'duplicado' de Iribar, la Juve se dedicó a nadar y guardar su zamarra blanquinegra. Apuesta que agudizó a partir del [14'],cuando Tardelli 'cabeceo' con la chepa un centro lateral. Este hecho, el de un remate tan defectuoso, habría de ser eso tan terrible que el 'Txopo' se vio obligado a aprender enseguida. Y a la postre, lo que al Athletic habría de costarle la vida.
Camino de Toledo en un autobús que buscaba con ansia el Salto del Caballo. De pie la expedición del Club Portugalete. Lalo, en el nombre de 'Luis'. Lalo, el pequeño gran capitán que le exigía a José María García que cantara el tercer gol del Athletic. Aunque fuera mentira. Con la mano y en fuera de juego. O colocado el balón en el punto fatídico para que Dani volviera a marcar luego de la bochornosa escenificación protagonizada en Montilivi.
Como valdría el del Manzanares si a Esnaola no se lo hubieran puesto tan fácil. Más allá sus penaltis con 'paradinha' y los goles de rematador estilista que clava con los martillos de Argote y Sarabia, su fútbol. Ese juego que, en la ida de Turín, dejó grabado en los vídeos del futuro.
Con el pequeño de los Rojo fortaleciendo el centro del campo, sin ariete, Koldo Aguirre le dijo a Txetxu, 'Dedíquese a jugar acorde a lo planteado'. A su aire. Libertad para el "mejor jugador en la historia del Athletic", como sostiene Javier Clemente. Lo que no se esperaba, o sí, es que Dani protagonizara la hazaña más sonada de su carrera maniobrando de manera prodigiosa por los grandes, enormes, inmensos 'espacios' de un estadio de relumbrón.
De Txetxu Rojo me lo esperaba. Todo. Dale libertad a un genio y sembrará el pánico en el Comunale. Dásela, también, a Daniel Ruiz Bazán, 'Dani', y nos regalará el partido más atípico de su vida.
Liberado de la tiranía que conlleva suministrar balones a un 'nueve', Dani se nos mostrará como un león capaz de amansar la fiera que es el balón cuando el equipo rival lo maltrata. No será lo suyo el 'juego de la espera'. Inquieto siempre. Mira, pide, grita, baja hasta la medular. Y cuando lo hace suyo, se dedica a dibujar diagonales sobre el verde. Manolo Delgado Meco le arenga tras hacer un viaje en el tiempo...
"Y cuando digo el aliento de San Mamés, es el aliento de San Mamés: Aurrera... Atzera... Eskuina... Ezkerra!!!!". Tanto como esto, y más, fue capaz de aportarle Dani al, casi, perfecto planteamiento de Koldo Agirre. No fue suficiente, sin embargo.
Bastó, de sobra, para que Lalo se sintiera orgulloso del compañero con el que bregó en el histórico Lasesarre, todo él de madera, hierba y barro. El que habitó dos décadas y cuatro lustros el 'viejo' San Mamés del Arco 'nuevo'. El del flequillo empapado de sudor sobre su frente. El que 'recibía' y, generoso, también 'daba'. El que dominaba el área y era bienvenido cuando ingresaba en los 'grandes espacios'.
Más que un delantero. Pareja de Lalo en la vanguardia de 'aquel' Barakaldo. 'Lalo', capitán del Portu al que sustituí en el Municipal Paco Simón de Almansa. Cuando me dio su mano sentí el calor que Dani le había regalado mientras eran vanguardia de lujo en Lasesarre.
Tres temporadas después, Gonzalo Gaztañaga 'Lalo' sería mi entrenador en el Club Portugalete. Por su parte, Daniel Ruiz Bazán, 'Dani', se entregaría de lleno al 'juego curativo'. Ese que, cincuenta años después de haber nacido al mundo del Athletic, le abriría la puerta de los 'Campos Elíseos'. 'Llanura' que el 'rayo del sol' ilumina para que el futbolista siga disfrutando más allá de los lugares de nuestro tiempo.
• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista del Club Portugalete