Ética y estética en las comparecencias europeas del Athletic

La inminente eliminatoria de los cuartos de final de la UEFA Europa League entre el Glasgow Rangers y el Athletic Club nos sitúa ante una bella confrontación deportiva y a la vez ante la preocupación por las posibles actitudes incívicas y violentas de cualquiera de las dos aficiones. Sea en los aledaños de Ibrox Park o de nuestro amado San Mamés. Y es que hasta Madrid llegaron los ecos de los disturbios que tuvieron lugar en las cercanías y la explanada de San Mamés en el reciente partido de vuelta entre el Athletic y la AS Roma.

Ganó el Athletic en Bilbao con solvencia, jugó bien el equipo de Ernesto Valverde, con un estelar Nico Williams, y está ya merecidamente en los cuartos de final de la segunda competición de clubes de Europa esperando ese doble duelo ante los escoceses 'unionistas', previsto para los jueves 10 y 17 de abril.

Como athleticzale me alegro tanto o más que nadie cuando gana mi equipo del cuerpo y del alma en cualquiera de las competiciones... Pero me apenó y me dio lástima algo que nada tiene que ver con el fútbol.

Desde Madrid, desconozco los detalles de cerca y tampoco está en mi mano conocer cuál es el ambiente que se respira en la tradicionalmente modélica afición rojiblanca. Sólo diré que el fútbol, más allá de otros aspectos que lo rodean y que no es el caso tratar aquí hoy en estas líneas en ElDesmarque, es un bello deporte que no habría por qué afearlo.

Decía el sociólogo N. Elias que el fútbol, además de una divertida competición, ha contribuido no poco a la civilización. Desde sus orígenes, en los que se jugaba entre pueblos, sin reglas, fue encauzando la violencia. Y esa es la cuestión. Porque ahí tocamos la ética y estética que debe rodear a este deporte. Ética quiere decir actuar respetando a los otros. Y Estética un modo de ser elegante sin ser ni teatrero ni cursi.

En el Athletic, en la vida y en el fútbol hay que oponerse a la violencia gratuita...

Y hay que mostrar educación en todo momento. Por eso, nada dice a favor del Athletic Club y de quienes le apoyamos empañar lo que es un bien que amamos.

Y a los jóvenes habría que decirles, poco antes de medirse en buena lid al Glasgow Rangers de Barry Ferguson, que utilicen su energía para otras tareas que nos interesan. Entre otras, resistir contra la injusticia, las guerras y una hipocresía generalizada que avanza día a día.

Y desde el fondo de una garganta culta digamos todos: Aupa Athletic!!

• Por Javier Sádaba Garay, filósofo, Catedrático honorario de la Universidad Autónoma de Madrid y athleticzale