Cuando se cierra la Catedral, los jarrilleros del Athletic Club se convierten en feligreses de la parroquia de su barrio. Iglesia con sillas y mesas. Pican y beben. Y vuelven a beber. A la derecha, cámaras frigoríficas para los vinos y helados. En la mitad, una maquina tragaperras que te invita a sentarte en su butaca de lujo. Encendida está la tele, pero nadie la mira: un ruido de fondo para sentirte conectado con el mundo. Enfrentada a los fieles, esa barra de bar a la que tanto recurre Ernesto Valverde "para solucionar los problemas del Athletic con una cerveza en la mano". Un perro que no ladra. Ella y él, siempre diligentes. Cardenales con el cónclave abierto y el frontis decorado al modo de la Capilla Sixtina.
Aingeru Olabarrieta. Peio Canales. Oihan Sancet, un ciervo aleonado que causa furor hasta en la casa blanca, esa que, cuanto el equipo no domina Europa, el merengue se termina convirtiendo en la sopa boba de las mañanas infantiles de la Virgen de la Guía.
Álvaro Djaló. Cómo no. Un futbolista que ha conseguido atraer miles de miradas desde su inacción y el escepticismo de una grada que no da crédito. En pretemporada, mi compañero Asís Martín me trasladaba la grata impresión que causaba entre sus compañeros: "No pisa la hierba, sino vuela", alas en sus tobillos, mitología griega asimilada por el imperio del Athletic Club.
Fue en Ipurua cuando pude echarle el ojo. Frente a Uruguay, que llora la perdida de Pepe Mujika, carismático presidente, nieto de la diáspora vasca. En marzo de 2024, fusiló con la zurda provocando la admiración de Juanan Larrañaga. Álvaro Djaló se presentaba en sociedad metiendo su tarjeta en la urna de los candidatos a ser gente importante en la ofensiva del Athletic.
No necesito escuchar a Javier Clemente para hacerme a la idea del futbolista por el que el Club de Ibaigane pagó 15 millones de € más otros 5 en variables.
No podrá recurrir el Athletic por la millonada en mano. Y si las variables son medidas a nivel grupal, nos encontramos con el Sporting de Braga a la puerta de Ibaigane para exigir lo acordado. A falta de una realidad que disipe dudas, el parroquiano, apoyado en la barra, con una cerveza en la mano, bucea en lo virtual de una realidad pasada.
"Le marcó al Real Madrid en la fase de grupos de la Champions". Sin dejar la cerveza sobre la barra, el fútbol nos habla de un Djaló "polivalente, extremo o segunda punta, rápido, habilidoso, con el gol" entre ceja y ceja. "Desborde", como la cerveza cuando se agita. Y algo que Valverde valora mucho: "una pieza más en la maquinaria asociativa" que funciona al ritmo del Rock and Roll.
Ya en San Mamés, la gente juega al "Un, dos, tres, responda otra vez" de Álvaro Djaló, por ejemplo, "salir bien vestido al campo"...
"Salir bien vestido al campo", repite la primera pareja... Silencio. Ni virtudes ni defectos. Álvaro Djaló ha conseguido mantenerse durante muchos minutos en el campo sin que nadie diga ni sí, ni no, sino todo lo contrario. No le gusta llamar la atención. Ni que le pillen robando. La discreción es su mayor virtud. Por eso no apuesta. Ni pobre ni rico. Ni ahorrador ni manirroto.
Qué es la inacción, dices mientras clavas tu mirada en las maneras de Djaló sobre el terreno de juego. 'La inacción es Álvaro Djaló cuando Valverde lo coloca en el once inicial'. Me acuerdo de Javi Beltrán. De esa pasión que ambos seguimos compartiendo.
En los Campos de Sport de El Sardinero, vistiendo la elástica del Racing, la "poesía en movimiento" se llama Iñigo Vicente. Mientras el 'mago de Derio', desde su banda izquierda, sigue trazando diagonales de lujo que generan superioridad en el flanco derecho, en San Mamés, un jugador apocado, inerte, tímido, vergonzoso ha sido capaz de suplantarlo gracias a la persona que cerró el acuerdo con el Sporting de Braga luego de encandilar a Ernesto Valverde, llamado a ser su entrenador.
El que lo es. El que calla mientras Álvaro Djaló está como ausente..
Me gusta que pases como de puntillas. Aunque a veces, en el tumulto, te pisen los pies. Nadie dentro del Club nos da razones que nos permitan entender. Y en los mentideros, la gente, perezosa, rendida, sin ganas de hablar. Es Txingurri el que lo sabe todo. Desidia al borde de la Ria. El cuerpo sigiloso de Djaló sobre la hierba fría.
• Por Kuitxi Pérez García, periodista y exfutbolista del Club Portugalete
Yo creo que ha tenido tiempo de demostrar todo lo que según alguno atesora. Es un jugador sin chispa, desganado, falto de bravura, que no ha podido o no ha sabido coger el gene Athletic. Todos los que supuestamente negociaron el fichaje ESTÁN CALLADOS y nadie dice nada ni da la cara. Señores hay que estar en las duras y en las maduras. ! Aupa Athletic! .
Espero y deseo que dé todo lo que tiene, que creo es mucho y bueno.