El Tottenham alegra un Bilbao con poco jaleo, pero opiniones divididas por lo que supuso la final

Como es lógico y humano, la celebración de esta final de UEFA Europa League en la capital vizcaína ha traído división de opiniones. Están los futboleros, que han/hemos disfrutado de la presencia (aunque no del pobrísimo juego) de dos equipos de renombre mundial con sus hinchadas siguiendo el duelo de pie. Están también los encantados porque le tenían muchísimas ganas al Manchester United de Rubén Amorin por lo vivido en la semifinal contra el Athletic Club, que el trasatlántico se ha quedado sin Champions, y luego algunos ciudadanos de a pie que no han terminado de entender por qué hay que pasar por tantas molestias para acoger un evento así. Por cierto, igual en homenaje a Mariano Ozores no hubo medallas para todos... los capitanes del campeón se quedaron sin ellas.

Cierres de colegios, de calles, de carreteras, algunos pocos incidentes, que en realidad se trasladaron sobre todo a Santander y Donostia, dos semáforos rotos, gamberros gritando y meando, sí, pero sinceramente bastante menos de lo que se podía pensar o vivir con otros equipos más conflictivos. O nada que no se viva en una Aste Nagusia.

En general, cualquiera que se diese una vuelta por el Casco Viejo y por las Fan Zones ha visto un ambiente realmente bueno y pacífico aunque siempre haya algunos cafres borrachuzos.

Otra de las quejas, como siempre, es la del dinero...

Las autoridades destacan que estos fastos se solicitan por visibilidad en todo el orbe de la marca Bilbao, de "una ciudad abierta y acogedora", y por supuesto, por el retorno económico que va a dejar recibir a cerca de 60.000 personas. Pero muchos no ven dónde afecta a sus bolsillos ese retorno, ya que sobre todo se queda en la hostelería, la restauración o los servicios de taxi. Esos mismos que los ciudadanos de Bilbao necesitan también para ir a su casa y estos días no catan ni con la App.

Y ya puestos a debates, a mí me queda uno en la cabeza que ya tenía planteado hace más de una década. Tengo la sensación de que San Mamés se quedó pequeño desde su nacimiento como ‘mancha’ en un mapa.

Hay muchas presuntas explicaciones... Sea porque se construyó en mitad de una enorme crisis económica mundial o porque al estar encajonado en mitad de la ciudad tampoco había mucho mayor espacio para expandirse. Será... Incluso me comentan que no sería nada fácil ahora poder hacer algo para agrandarlo.

Pero da un poco de pena que habiendo construido un campo tan maravilloso de cinco estrellas, uno de los mejores del mundo, y eso no es una bilbainada, no pueda acoger partidos como semifinales o finales de una competición aún mayor de equipos o selecciones por su falta de aforo.

De hecho, ambos clubes ingleses se quejaron a la UEFA porque los 53.000 localidades del nuevo San Mamés se les quedaban cortas (aunque sólo hubo 49.200). Al igual que el Athletic igual podía hacer casi de golpe 2-3.000 nuevos socios que llevan tiempo esperando, aparte de tener entradas baratas en algunas zonas. Por soñar que no quede.

El alcalde Aburto sobre los incidentes anexos a la final en Bilbao

"Hay cosas que evidentemente no deben ocurrir. Como que un anormal arranque un semáforo, que es muy triste, pero no es la tónica general y no hay que hacer de eso la noticia", destacaba el mandatario de Deusto.