Los amigos que haces en tu etapa de futbolista son importantes. Pasan a formar parte de tu círculo de amigos, a veces reducido. Da igual el nivel o la categoría. No tiene que ver con ser profesional o no. Cuando jugaba a fútbol en el Sporting de Lutxana coincidí en el Club con Kike Alaña. Un gran entrenador (siempre quise que me entrenara, pero nunca me tocaba esa suerte).
Jugué con Endika, su hijo. Teníamos una gran relación con su familia y conocíamos a sus tres hermanos también futbolistas de calidad: Ander, Ibai y Gorka. Ander llegó a la élite y además del Athletic Club, pasó por otros clubes siendo capitán en Ipurua de la SD Eibar en su última etapa.
Las buenas personas, suelen rodearse de buenas personas y Ander me contactó para un tema con Carlos Gurpegui. Carlos era un chico que jugaba al fútbol, pero que en ese momento tenia un problema y no podía desarrollar su actividad profesional.
Decían que podía haber hecho algo que es imposible que alguien como él hubiera hecho de manera consciente. En ese momento emprendimos un viaje por Perú, donde teníamos como objetivo promover el fútbol en Villa El Salvador, cerca de Lima. Fueron varias veces las que estuvimos en Lima, en una de ellas acompañados por Gurutze. Una experiencia que a Carlos probablemente le ayudó a relativizar su situación y comprender que había personas que sufrían todos los días por cosas esenciales.
Carlos es una buena persona, jugando, en el vestuario y en la vida normal. Y eso no se lo quedaba para él, sino que también lo trasladaba para todo su entorno. Y fue en ese proceso donde Carlos conoció en su vestuario a alguien como Oscar de Marcos. Personalidades diferentes, intereses diferentes, edades diferentes, pero algo en común: valores y honestidad.
Oscar creció en ese entorno no solamente escuchando los consejos de Carlos, sino sobre todo viendo el comportamiento diario de él y de su compañero de habitación en ocasiones Andoni. Y esa es la verdadera educación, la verdadera transmisión de valores, el verdadero legado. Le transmitió todo tan bien, que incluso le animó a viajar a Perú al mismo contexto que él había conocido y quizás esa relación caló tanto que durante su trayectoria deportiva Oscar cambió su número 10 por el 18.
Cuando Carlos se marchó de ese vestuario Oscar empezó a replicar con otros chicos más jóvenes que él, lo que había visto con Carlos. Iñaki, Unai, Dani, Mikel que son chicos que seguramente lo replicarán con otros chicos más jóvenes que conozcan.
Evidentemente detrás de cada Gurpe hay un Carlos, detrás de cada DeMar hay un Oscar...
Verdaderamente cada vez que tienes que explicar lo que hace grande al Athletic Club, además de su afición, desde mi punto de vista tiene que ver con ese legado que muchos jugadores dejan en otros y se perpetua. Sin eso, nuestro Club no sería diferente, tal y como predicamos. Y este elemento es muy importante para que todas las personas lo tengamos presente.
En muchas ocasiones con la mejor de las intenciones nos fijamos únicamente en los jugadores que son grandes futbolistas, y no tanto en algunos otros que pueden aportar en otros intangibles menos conocidos públicamente. Aprovecho para recordar que el éxito de la actual temporada del Athletic no se entendería sin jugadores como Vesga, Lekue, Agirrezabla, Unai Gómez, Guru…
Oscar de Marcos va a dejar un vacío muy grande como referente deportivo y personal que representa los valores que encarna nuestro Club.
Lo hemos vivido con gente hace relativamente poco tiempo como Andoni Iraola, Carlos Gurpegui, Aritz Aduriz, desde mi punto de vista referentes morales de los últimos tiempos en nuestra entidad. Pero lo más importante es que ha cumplido con su rol, que no es otro que dejar un legado para que otros jugadores asuman esa responsabilidad. Tipos como Unai Simón, Iñaki Williams, Dani Vivian, Mikel Jaureguizar que seguirán legado que son tan importante como el éxito deportivo para seguir demostrando que somos diferentes. El brazalete de capitán está bien cuidado en esos brazos.
Para terminar, es de justicia recordar algo. Las personas son mucho más importantes por lo que hacen, que por lo que se conoce que hacen. La humildad, discreción y la privacidad con las que tanto Oscar como Carlos han querido llevar sus cosas debe seguir siendo preservada, pero es plenamente compatible destacar que durante esta última década han cambiado positivamente la vida de muchos niños, niñas y adolescentes que simplemente soñaban con tener una oportunidad en la vida y en el deporte.
Ander, Carlos, Oscar… que la cadena continúe.
Eskerrik asko por todo Oscar.
.- Por Iñaki Alonso Romero, Socio del Athletic Club y Director/responsable de Kunina Sports and Education
Harribitxi ederra, jende bereziaren ekimena, eta eredua: ORSAI taldea. Athletic, karajo!