El único que nunca falla

¿Un balón aéreo comprometido? Ahí aparece Oblak. ¿Asedio rival ante la portería rojiblanca? Oblak detiene, Oblak desvía, Oblak evita cualquier atisbo de peligro. ¿Un penalti en un momento delicado? Jan también tiene ese don desde los once metros. Y lo volvió a demostrar en Balaídos, donde no hubo penas máximas, pero sí varias intervenciones de un portero, el del Atlético de Madrid, que le da igual cuál sea el escenario: siempre responde.

El esloveno fue, de largo, el mejor jugador de los 14 colchoneros que estuvieron sobre el césped de Balaídos. Apareció con 0-0 en el marcador para evitar un gol local tras un cabezazo de Sergi Gómez. Blocó los numerosos disparos que intentó el Celta desde la frontal, tanto en la primera como en la segunda mitad.
Ya en el segundo tiempo, con 0-1 en el marcador, apareció por el aire para cerrar su aérea y también a ras de césped para sacar otras dos manos providenciales evitando al empate. Oblak, una vez más, fue el mejor del Atlético de Madrid. Oblak es el único de la primera plantilla rojiblanca que nunca falla, sea un día aciago para el equipo o una noche brillante.
Ni los goles de Griezmann, ni la verticalidad de Carrasco ni la seguridad de Godín. Ni la versatilidad de Saúl ni la solidez de Gabi; si hay un jugador rojiblanco que es garantía de buenas actuaciones con el Atlético, ese siempre es Jan Oblak, que sólo ha encajado cinco goles tras nueve jornadas y dos tantos en los tres partidos de ha Champions. En Balaídos, Jan volvió a demostrar su seguridad y dejó de nuevo su portería a cero. Una más.