Koke Resurrección no está bien. El canterano atraviesa uno de sus peores momentos desde que subió a la primera plantilla del Atlético de Madrid y su estado de forma está lejos de ser el mejor. Hace unos días cuajó una buena actuación ante el Leganés, pero en el Camp Nou reflejó que no encuentra su mejor versión.
Perdido, fallón. Ante el Barça, el Atleti necesita velocidad y verticalidad en sus ataques y buena parte de sus acciones ofensivas pasaban por las botas de Koke, que no estuvo. No atinaba en los pases cortos, no encontraba a Diego Costa en los largos, no ponía orden en el centro del campo.
Fue posiblemente el peor jugador del Atlético ante el Barça en un día determinante para el devenir del campeonato. Y lo cierto es que, para desgracia de la afición atlética, es una versión que ya se ha visto en varias ocasiones esta temporada.
Simeone ha llegado a cambiarlo en el descanso y a pesar de que en los últimos días parecía recuperar sensaciones, sigue lejos de encontrarse a sí mismo. En Sevilla marcó, pero tampoco estuvo especialmente bien en el pase en la primera mitad. Ante el Leganés dio un pase estratosférico a Griezmann para abrir el marcador que recordaba a sus mejores actuaciones con la rojiblanca. Y en el Camp Nou se le esperaba, pero nunca llegó.
El Atlético necesita a Koke y Koke, reencontrarse consigo mismo para volver a ser una pieza fundamental en el Atlético. Por delante, tres meses de competición con la Europa League como gran aliciente y con el Mundial de Rusia a la vuelta de la esquina.