La primera plantilla del Atlético de Madrid se ha desplazado este martes por la mañana a Lyon para disputar la final de la Europa League, en la que el cuadro colchonero estarán en inferioridad de condiciones en varios aspectos.
En primer lugar, y quizás el más destacado, en aficionados. Unos 10.500 atléticos estarán arropando al equipo en una final muy mayoritaria para el Olympique de Marsella. En Francia, medios como L'Équipe hablan de que en el estadio habrá una inmensa mayoría de aficionados marselleses, que podrían ser más de 50.000.
El Olympique tenía el mismo número de entradas que el Atlético, pero la situación en el estadio será bien distinta. Muchos aficionados se han volcado con el equipo y estarán en Lyon gracias a las entradas de la UEFA y tras haber adquirido las localidades por otros canales. El estadio, sin duda, tendrá un claro color francés. A ello habrá que unir la amenaza de los ultras, que avisan con 'reventar' la final y "destrozar" el estadio del Lyon, íntimo enemigo.
No será el único aspecto en el que el Atlético esté en inferioridad. En los banquillos, conviene recordar que Simeone no podrá estar con los suyos tras haber sido expulsado en Londres, mientras que Rudi García sí podrá dar órdenes desde el césped.
En cuanto al descanso, el Marsella llega con un día más para preparar la final, ya que la liga francesa adelantó su partido al viernes para que tuviera "las mejores condiciones". Por contra, LaLiga Santander española mantuvo el horario unificado para el Getafe-Atlético, que jugó 24 horas después su partido en el Coliseum.
Por si fuera poco, el Atlético también tendrá un viejo enemigo impartiendo justicia: Björn Kuipers. El colegiado holandés fue el encargado de añadir cinco minutos de descuento en la famosa final de la Champions de Lisboa, en la que Simeone acabó encarándose con él. El técnico no olvida aquel tiempo añadido y lo ha recordado en numerosas ruedas de prensa.
Sea como fuere, lo cierto es que la final se decidirá en el césped. Ahí es favorito el Atlético por jugadores, por resultados y por historia, pero tendrá que demostrarlo. La encerrona que espera en Lyon no debe ser más que un aliciente más para un equipo que quiere acabar la temporada en Neptuno.