El problema visitante del Atlético
Iñaki Dufour
Madrid, 3 dic .- El 1-1 en Girona evidenció el problema más visible del Atlético de Madrid en esta temporada de la Liga, sus salidas lejos del estadio Wanda Metropolitano, donde aún añora la constancia y la fiabilidad de años precedentes o los goles de Antoine Griezmann y Diego Costa mientras encadena cuatro empates.
Son ya más de dos meses sin ganar a domicilio en el campeonato, desde el 0-2 al Getafe del pasado 22 de septiembre; un déficit indudable a la caza del liderato, al que mira aún desde cerca, a tres puntos, y desde la misma posición que hace una semana, tercero, pero con las sensaciones inquietantes que surgen lejos de su casa.
En Montilivi 'sólo' sumó un punto, esta vez por detrás en el marcador desde instantes antes del descanso hasta el 1-1 de Jonas Ramalho en propia puerta al intentar despejar un balón de Diego Costa, reencontrado con el gol en la Liga en el Wanda Metropolitano, la anterior jornada con el Barcelona, pero todavía no a domicilio.
Lo siente el Atlético, como también la baja productividad fuera de casa de su mejor goleador en cada uno de los últimos cinco años: Antoine Griezmann. Sólo ha marcado un tanto en las siete visitas de esta campaña, en el 1-1 contra el Leganés. Los otros goleadores han sido Ángel Correa, Thomas Lemar y Filipe Luis, además de dos rivales en propia puerta: David Soria, del Getafe, y Ramalho, del Girona.
Necesita a sus goleadores el equipo rojiblanco, que ha sumado sólo ocho de los 21 puntos disputados ya a domicilio, después de un triunfo, cinco empates y una derrota. Hace un año, a estas mismas alturas, había logrado casi el doble de puntos, 15 de 21, y de goles, 11 de entonces a 6 de ahora, como visitante en este torneo.
El Atlético, que sólo ha ganado tres de sus trece salidas más recientes en la Liga, entre las seis últimas de la pasada temporada y las siete primeras del presente ejercicio, también ha empeorado sus registros defensivos de un año para otro, de los cuatro goles en contra de 2017-18 a los seis de ahora, pero, sobre todo, de las cuatro porterías a cero de entonces a las dos únicas del presente.
De los seis goles en contra, al menos tres surgen de errores propios, por un pase atrás fallido, este domingo, de Rodrigo Hernández, o en la visita de la tercera jornada en Balaídos, con el resbalón inoportuno de Diego Godín, o por una desatención en una marca a balón parado, en el 1-1 de Guido Carrillo para el Leganés.
En tres de sus cinco empates, el Atlético golpeó primero en el marcador, igualado después por su adversario, como ocurrió en el 1-1 de Villarreal, en el 1-1 de Valencia y en el 1-1 de Leganés. El 0-1 antes era una garantía, ahora ya no lo es. De sus últimas 12 victorias de Liga como visitante, 11 en 19 choques del pasado curso y una en siete del actual, siete habían sido con ese resultado.
Ya no es tan infalible en ese sentido, ni tan inaccesible para sus rivales. Tampoco controla los partidos en su totalidad, sólo a ráfagas, momentos en los que impone el ritmo del encuentro, pero también otros en los que su contrincante es quien lo maneja y genera dificultades al bloque del entrenador argentino Diego Simeone.
El técnico ha empleado siete alineaciones titulares diferentes en los siete partidos de este curso fuera de casa para rebuscar la regularidad y ha utilizado al menos una vez de inicio como visitante en este ejercicio a 18 de sus 20 jugadores, todos menos Antonio Adán y Víctor Machín, 'Vitolo'. Cuatro de ellos han sido inamovibles de cada once: Jan Oblak, Saúl Ñíguez, Koke Resurrección y Griezmann.
En contraste con sus resultados a domicilio, y a pesar de ellos, el Atlético se sostiene en la pelea por el liderato desde su rendimiento en casa. De sus siete encuentros de esta Liga jugados en el Wanda Metropolitano, ha ganado cinco, ha empatado dos y no ha perdido ninguno, mientras intenta arreglar el problema de visitante.