Correa, ese caos con Ángel

Ángel Correa está viviendo una temporada complicada. En el primer tercio de curso fue, de lejos, de los mejores jugadores del Atlético de Madrid. En este año 2019, desde que comenzó el mes de enero, está siendo también uno de los peores jugadores del Atlético de Madrid. El argentino, siempre capaz de lo mejor y lo peor, no marcaba un gol desde el pasado mes de octubre. Este miércoles se reencontró consigo mismo, y de qué manera.

Un balón luchado por Thomas y una jugada marca de la casa. La intenta mil veces, y cuando le sale... Ay, cuando le sale. Recibe de espaldas y, como si no supiera quién tiene detrás, se da la vuelta rápidamente. En esta ocasión no necesitó ni levantar la mirada: ya estaba frente a la portería y se inventó un derechazo casi de la nada que se coló por la escuadra de Neto, que miró de forma impasible cómo el balón se colaba por tercera vez en su portería. Era un golazo, era el gol del triunfo del Atlético de Madrid.

Correa, a todo esto, había sido el primer cambio de Simeone en un partido en el que volvió a ser suplente. Lleva unos meses a un nivel muy bajo y quedó especialmente señalado cuando cometió aquel penalti en los minutos finales de Turín. "Estaba un poco dolido por el error que tuve contra la Juventus", admitió el delantero tras el partido.

Hubo tímidos pitos en el Metropolitano con la entrada de Correa, pero los valientes aficionados que se acercaron hasta un estadio en medio de la nada y que, a pesar de costar 330 millones de euros, no está cubierto en todas sus butacas, pudieron gritar al cielo un golazo del argentino. Capaz de lo peor y de lo mejor, de entrar entre pitos y marcar un golazo, de cometer un penalti y de poner un balón en la escuadra. Esta vez tocó su lado de Ángel.