Lemar desborda confianza
Llegó con el cartel de haber sido el fichaje más caro de la historia del Atlético de Madrid, con el peso de las expectativas... El centrocampista galo Thomas Lemar no ha tenido su mejor temporada, pero en este final de curso está encontrando la confianza, y con ella el juego que atesora.
Autor del tanto que le dio la victoria al Atlético en Eibar la pasada jornada en los últimos instantes del partido, este miércoles recuperó la titularidad seis partidos después de su última aparición en el once -el día de la eliminación en octavos de 'Champions' ante el Juventus- y se vio un futbolista distinto.
El '11' rojiblanco fue una auténtica pesadilla para el lateral danés Daniel Wass y en general para toda la defensa valencianista en la primera media hora de dominio rojiblanco. Encarando, recortando, demostrando el desequilibrio que justificó los 70 millones de euros invertidos por el club rojiblanco en su contratación.
Dos recortes de Lemar en la esquina del área generaron la primera gran ocasión rojiblanca, un centro raso en busca del remate de Álvaro Morata, que no llegó a conectar. Lo volvió a intentar, esta vez buscando a su compatriota Antoine Griezmann, al que se le adelantó la defensa 'ché'.
Y a la tercera fue la vencida. En una jugada que empezó por un descuido del delantero luso Gonzalo Guedes, el balón pasó a la banda izquierda. Lemar condujo en lugar de encarar y encontró la autopista de la banda diestra, por la que entraba un Juanfran Torres que puso un centro tenso, en el que Morata supo escaparse de la marca de Ezequiel Garay para marcar.
Se habían visto para entonces las mejores virtudes del interior galo: el descaro, la habilidad, la visión de juego y la capacidad para recorrer el frente de ataque en busca de la mejor opción. Tan solo faltaba un disparo lejano para recuperar al futbolista que maravilló en el Mónaco, o el que mostró hechuras en el inicio de la temporada.
Porque lo cierto es que, hasta el momento en 39 encuentros, 28 de ellos como titular, Lemar solo ha sido crucial para el triunfo del Atlético en dos: la semana pasada en Eibar y el 22 de septiembre de 2018 en Getafe (0-2), cuando provocó el 0-1 en propia puerta de David Soria con un zurdazo y sentenció con el 0-2.
"Estoy en un club nuevo, tengo que adaptarme a un nuevo sistema de juego, a un nuevo campeonato... Eso no viene de la noche a la mañana", explicó durante esta semana al medio francés 'Telefoot'.
Con Griezmann vive mejor, y eso también se notó este miércoles, porque los dos campeones del mundo se buscaron. Incluso estuvieron cerca de encontrarse al borde del descanso, cuando ya campaba en el marcador el 1-1 anotado por Kevin Gameiro: el rubio delantero rojiblanco buscó el pase de la muerte a su compatriota dentro del área, pero invertidos los papeles, Lemar no completó el desmarque.
En la segunda parte, volvió a aparecer la conexión, esta vez en el orden más previsible: Lemar de asistente, Griezmann como rematador. Un centro del '11' rojiblanco encontró la cabeza del '7', una técnica poco habitual en el punta galo, que fue capaz de adelantarse a los centrales valencianistas.
Con el trabajo hecho y 70 minutos sobre el césped, el interior galo se marchó con ovación del Wanda Metropolitano al salir sustituido por el ghanés Thomas Partey.
Un choque efusivo de manos con Simeone y una colleja cariñosa del entrenador fue el epílogo del partido para el centrocampista galo, que ya no estaría en el césped cuando el empate 2-2 de penalti de Dani Parejo, ni con el 3-2 final del argentino Ángel Correa.
"Sé que esperan mucho de mí", le dijo hace unos días Lemar a la prensa francesa. En el Atlético saben que su contratación es una inversión de futuro, a sus 23 años y con compromiso en vigor hasta 2023, por lo que debe ser importante en la próxima temporada.