Antoine Griezmann, delantero del Atlético de Madrid hasta el próximo mes de julio, hasta que ejecute su cláusula de rescisión por unos 125 millones de euros, volvió este miércoles a los entrenamientos como uno más, apenas trece horas después del anuncio de que se va del club rojiblanco.
Su futuro está fuera, pero su presente, al menos hasta dentro de mes y medio, cuando el precio de su libertad pase de los 200 millones actuales a 125, sigue ligado al equipo entrenado por Diego Simeone, con lo que se ejercita como uno más, y quizá, también como uno más, jugará el próximo sábado contra el Levante en Valencia. Luego quedará otro encuentro, un amistoso el 21 de mayo en Israel.
En el día después de comunicarle el fin de su aventura en el club a Diego Simeone, su entrenador, también el técnico que le ha dimensionado hasta el nivel imponente de ahora; Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético; y Andrea Berta, director deportivo, Griezmann apareció sobre las 10.25 horas en la Ciudad Deportiva de la localidad madrileña de Majadahonda para la sesión.
En los asientos de detrás, tras los cristales tintados, del todoterreno conducido por su íntimo amigo y compañero Diego Godín, llegó el atacante francés entre el interés de unos cinco cámaras de televisión y la indiferencia de la decena de aficionados que aguardaba en la puerta la entrada en coche de todos los jugadores.
A las 11.00 horas, como cualquier otro día, Griezmann ya se estaba entrenando con sus compañeros sobre el césped del terreno de juego. Todos los focos de las cámaras apuntaban invariablemente a él en los primeros 15 minutos abiertos a los medios de comunicación, mientras el 'Profe' Ortega dirigía los primeros ejercicios físicos y Simeone charlaba sonriente con Andrea Berta, director deportivo.
Nada desprendía nada diferente a un entrenamiento de otro día, quizá sólo el matiz del gesto algo más serio del '7', no tan bromista como suele ser en otras ocasiones, al menos durante el rato que estuvo expuesto a las cámaras. Luego siguió la sesión, oculta detrás de las lonas que rodean el terreno de juego desde hace meses.
Simeone no probó once. Y ahí reside una de las dudas en el trayecto que aún queda del Griezmann rojiblanco al Griezmann previsiblemente azulgrana. ¿Jugará el próximo sábado con el Levante? Sin todo lo que ocurrió el martes, la respuesta sería un sí con total rotundidad. Tras el anuncio de su salida, es una incógnita.
A las 13.44 horas, a bordo de su coche, un todoterreno gris de la flota que le entrega el club cada curso, salió por la puerta de la Ciudad Deportiva de Majadahonda. Ante unas cuatro decenas de aficionados, detuvo su automóvil y firmó decenas de autógrafos durante nueve minutos antes de marcharse de las instalaciones. No hubo reproches. Sólo muestras de cariño hacia el '7' rojiblanco.