Héctor Herrera tapa varias carencias del Atlético: la defensa, Lemar, lo de Vitolo...

Aventuraba la afición del Atlético de Madrid lo que estaba por venir. 'Una fe inquebrantable', se leía en una pancarta junto al Fondo Sur del Metropolitano. La fe se mantuvo intacta hasta el último suspiro, antes de que llegara el tiempo de descuento. Kieran Trippier la puso al corazón del área y Héctor Herrera firmó el 2-2.

Encontró premio el Atlético de Madrid a un buen partido en líneas generales en el que, aún así, hubo varias carencias. Lo cierto es que la primera mitad del equipo de Diego Pablo Simeone dejó buenas sensaciones. Thomas movía la pelota, Saúl dominaba la medular y Trippier y Renan Lodi generaban peligro por las bandas.

Hasta Thomas Lemar, en los primeros minutos, parecía entrar en la dinámica del equipo, muy activo y pidiendo la pelota en línea de tres cuartos. Pero el francés se fue apagando, se fue apagando, se fue apagando... y acabó siendo el primer cambio de Simeone tras otro partido de suspenso.

Atlético de Madrid: de las lagunas a la reacción

Para cuando se produjo ese cambio, el Atlético de Madrid ya iba 0-1 en el marcador. Y se puso 0-2 más tarde. Todo en el inicio del segundo tiempo, cuando se manifestó un desbarajuste impropio de un equipo de Diego Pablo Simeone.

Huecos en las espaldas de los defensas, centrales que estaban con su 'pareja' y caos total. La Juventus se puso 0-2 en medio del desorden del Atlético de Madrid hasta que Simeone, casi obligado, acabó moviendo el banquillo.

Entró y debutó por fin Héctor Herrera, que más allá de marcar el gol dejó buenas, muy buenas sensaciones sobre el césped. Entró y generó peligro Vitolo, que actualmente está a años luz por encima de Lemar. Estuvo a punto de marcar un golazo el canario, cuyo rendimiento hace incomprensible su ausencia en el once inicial.

"Necesitamos tiempo para que algunos jugadores crezcan y que entiendan lo que nos jugamos. Cuando ellos evolucionen, estaremos más cerca de ganar", admitía posteriormente el propio Simeone. El Cholo es el primero que, más allá del empate, sabe que tiene aún bastante trabajo por delante.