"Sigo teniendo la misma confianza del primer día que pensamos en él", dijo hace un mes Diego Simeone sobre Thomas Lemar, del que se esperaba mucho y se intuía una reacción en esta temporada en el Atlético que no ha ocurrido con 18 partidos jugados, aún entre la intranscendencia y la decepción para ser más suplente que nunca.
Disponible en el banquillo, no tuvo minutos el pasado viernes en el estadio de La Cerámica ante el Villarreal; una situación tan extraña en el internacional francés y en el Atlético de Madrid que sólo había ocurrido una vez en la temporada y media que acumula en el club: el 16 de marzo de este año en la derrota 2-0 contra el Athletic.
Lemar, a la vez, encadena seis partidos como suplente, desde que fue reemplazado al intermedio contra el Sevilla. Es su serie más larga fuera del once de su trayectoria en el conjunto madrileño. No fue elegido para la alineación inicial ni contra el Leverkusen ni contra el Espanyol ni contra el Juventus ni contra el Granada ni contra el Barcelona ni contra el Villarreal. En el último, ni jugó.
Y sólo ha partido de titular en tres de los últimos 14 encuentros del Atlético, sólo uno de ellos completo -en el 1-1 contra el Alavés en Vitoria-, cuando el comienzo del curso le había reubicado entre las preferencias del técnico para el once. Los primeros cinco duelos salió de inicio hasta el 2-2 con el Juventus y unas molestias musculares, que le apartaron contra el Celta y contra el Mallorca.
Desde entonces está en un segundo plano. Es mucho más un recambio que un titular. En toda la campaña pasada, que constó de 51 partidos, de los que él estuvo disponible en 44 y jugó 43, 31 de ellos de inicio, su ausencia más larga del once se prolongó durante dos partidos: en febrero contra el Rayo (0-1) y el Juventus (2-0).
Son datos que confirman su decaída hoy por hoy en el Atlético, previsible desde hace tiempo, porque la titularidad que había asumido desde su llegada desde el Mónaco a cambio de 72 millones de euros por el 70 por ciento de sus derechos casi nunca había sido sustentada con actuaciones definitivas, contadas en toda esta etapa.
En sus 61 partidos, con tres goles y cuatro asistencias, ya con el conjunto rojiblanco, sólo fue crucial con sus goles en el triunfo contra el Getafe (0-2), en el que provocó un tanto y aportó otro, y en la victoria frente al Eibar (0-1), y con sus pases de gol en uno: en el 3-2 al Valencia. Todos ellos datan de la pasada temporada.
"Le ha costado. Pero no tengo ninguna duda de que el año que viene tendrá una temporada fantástica", avanzaba entonces Simeone, cuyas palabras corresponden al pasado 11 de mayo, cuando ya apuraba la pasada campaña y se vislumbraba la siguiente.
Una pretemporada, siete meses y 18 partidos después, Lemar aún no ha respondido ni con la reacción ni la determinación esperada, cuando el mercado invernal se acerca. Este curso no ha marcado ningún gol, no ha dado ningún pase definitivo y no ha aportado nada más que detalles. Poco para un jugador de su talla, precio y valor.