Tres culpables y un señalado: ¿y ahora qué, Simeone?

Vaya por delante que en estas líneas no van a encontrar una crítica a Diego Pablo Simeone. Hablamos de un entrenador que recogió un equipo muerto y lo convirtió en aspirante a todo y campeón de (casi) todo. A partir de esa premisa, seremos claros: elAtlético de Madrid ha cosechado este jueves un ridículo histórico en la Copa del Rey.

Un ridículo propio de la época de Gregorio Manzano. Al jienense le echaron del banquillorojiblanco tras caer, precisamente, ante un Segunda B en el Vicente Calderón. Ocho años y un mes después, otro equipo de la categoría de bronce del fútbol español ha eliminado de la Copa del Rey al Atlético de Madrid a las primeras de cambio, ahora con Simeone en el banquillo.

Los focos apuntan a Simeone

Sí, evidentemente el Cholo tiene culpa de esta eliminación copera. El equipo empezó bien ante la Cultural, pero fue desapareciendo del terreno de juego con el paso de los minutos. Acabó con Saponjic como referencia ofensiva, acompañado de Riquelme y Camello en ataque y con Manu Sánchez como lateral izquierdo. Entre ellos, un Joao Félix indolente que sólo dejó detallitos, poco más.

Atrás, un Antonio Adán que sólo transmitía inseguridad y que queda señalado en los dos goles. En el medio, un Héctor Herrera que volvió a cuajar un partido para el olvido y un Vitolo que falló dos mano a mano ante el portero. Los demás eran hombres de confianza, porque tampoco había más donde elegir dentro de la plantilla.

Los otros culpables

Pero la pregunta es, ¿tiene Simeone toda la culpa de esta debacle del Atlético de Madrid? Este jueves sólo dejó a Oblak y Morata en casa y aún así, el equipo no tenía recursos. La planificación deportiva es un desastre, algo incomprensible teniendo en cuenta los presupuestos que maneja el club rojiblanco. Andrea Berta ha vuelto a dejar sin opciones al propio Simeone, que no es que no tenga fondo de armario, sino que ni siquiera tiene ropa para cambiarse.

Junto a la dirección deportiva y su terrible planificación en la confección de la plantilla, junto a Simeone, también están los jugadores. Ninguno está rindiendo al nivel que debería mostrar. Saquen de esa lista a Oblak, a Felipe y poco más. El resto, nada de nada.

Y como es evidente, se hablará de Simeone. Un entrenador que rescató a un muerto y lo convirtió en campeón de (casi) todo, pero que ahora no da con la tecla. Le pesa su pasado, difícil de alcanzar los éxitos cosechados años atrás. Le pesa su sueldo. Le pesa las expectativas generadas en un equipo que, quizás, no puede aspirar a todo lo que el propio Cholo deseó.