Miércoles, 27 de abril de 2016. Más de 54.000 aficionados del Atlético de Madrid se acercaban al Vicente Calderón a vivir un partido histórico: llegaba el todopoderoso, el histórico Bayern de Múnich. Con Pep Guardiola a los mandos, para dar más morbo a una eliminatoria de semifinales de la Champions League en la que Saúl Ñíguez fue uno de los grandes héroes.
La cita se vivió a lo grande a orillas del Manzanares. Tras eliminar al PSV en la tanda de penaltis y volver a dejar KO al FC Barcelona en cuartos de final, el Atlético de Madrid tenía una nueva oportunidad para llegar a la gran final de Milán, que ahora casi conviene no recordar. Como suele suceder en estas ocasiones, lo que más se disfruta es el camino.
Tal día como hoy, hace 4 años, @saulniguez hizo esta LOCURA. Según marcó, Radomir lo definió así: “Es un momento de inspiración único en la vida”.
⚽️ Vuelve pronto. pic.twitter.com/Gzo8Am723G
— 🎙 Ruben Martin (@rubenmartinweb) April 27, 2020
Lució aquel día un tifo espectacular el Vicente Calderón, quizá uno de los más bellos, apenas un día después de su 113º cumpleaños. "Atleti yo te amo, contigo a la final", se leía en la grada de Lateral, dando continuidad al cántico que se había adueñado de las gradas durante los últimos meses.
Empezó el partido y no se llegó al minuto 10 cuando Saúl Ñíguez ya había hecho una obra de arte. Un gol maradoniano, uno de los goles más bellos que se recuerdan en la Champions League. Stefan Savic cabeceó una pelota hacia arriba desde la defensa, Augusto Fernández hizo lo propio en la medular y Saúl bajó la pelota en el centro del campo.
Buscó un compañero en la derecha, pero no encontró a Juanfran y empezó a mirar al frente. Se marchó con facilidad de Thiago Alcáncata antes de dejar un doble recorte espectacular frente a Bernat y Xabi Alonso. Se plantó en el área ante David Alaba, al que caracoleó antes de, con la zurda, poner la pelota con suavidad al palo largo de Neuer.
Besó el palo, entró la pelota, se cayó el Calderón. Vibraron aquel días los viejos cimientos del Manzanares como pocas veces lo habían hecho, con gente llevándose las manos a la cabeza. Un 1-0 que dio ventaja al Atlético de Madrid, que fue capaz de resistir las mil y una embestidas del Bayern durante el resto del partido.
Luego llegó lo de Múnich, con un ejercicio de supervivencia similar al que se vio hace unas semanas en Liverpool. Antoine Griezmann certificó el billete a la final de la Champions, la tercera de su historia, en Milán.
El golazo de Saúl ñiguez no fue premiado por la UEFA y me pareció muy mal porque siempre premian a los mismos,a Messi y a otros de equipos más poderosos de dineros.