El Atlético de Madrid se enfrentó este sábado al Celta de Vigo en Balaídos. El conjunto rojiblanco no contaba para este duelo con Saúl Ñíguez además de con Renan Lodi, José María Giménez y Sime Vrsaljko, por lo que Diego Pablo Simeone decidió darle la titularidad a Lucas Torreira en el centro del campo.
El uruguayo debutó de esta forma en partido oficial con el Atlético de Madrid saliendo de inicio y formando parte de un centro del campo en el que también estaban Thomas Lemar, Koke Resurrección y Ángel Correa. El argentino y el francés se ocuparon de las bandas mientras que el capitán rojiblanco tenía más libertad de movimientos y presencia en campo rival que el charrúa, que actuó en el rombo del centro del campo por delante de la línea defensiva.
⏱ 97' | #CeltaAtleti 0️⃣-2⃣
𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥 ⏹ ¡3⃣ puntos importantísimos que logramos en Vigo!
🙌¡Bien, 𝐄𝐐𝐔𝐈𝐏𝐎, bien!🙌
🔴⚪#AúpaAtleti pic.twitter.com/tWsCwsO6Zx
— Atlético de Madrid (@Atleti) October 17, 2020
Torreira dio muestras en el primer tiempo de que es un futbolista con unas buenas dotes organizativas, que sabe abarcar campo y que tiene buen físico y llegada a portería rival incorporándose desde atrás, pero también sufrió con los movimientos de Iago Aspas. El punta gallego bajaba a recibir justo a su posición dejando espacio para que Santi Mina se desmarcase a sus espaldas. No obstante, solventó durante los 90 minutos las tareas que se le presentaban con éxito y pareció plenamente aclimatado a su nuevo club y preparado para darle a Simeone lo que busca en él.
El uruguayo acabó el partido fundido físicamente. Tanto fue así que el futbolista charrúa abandonó por unos instantes el césped de Balaídos aunque finalmente regresó al mismo para ayudar a sus compañeros teniendo en cuenta que los cambios estaban agotados y el marcador todavía podía cambiar el signo del partido.
Queda por conocer si este rombo que Simeone dispuso en Balaídos tendrá continuidad una vez que una pieza clave como Saúl se recupere y, en ese caso, ver si Torreira tiene continuidad en el once y en ese esquema o finalmente Simeone deja en anecdótico lo visto en Vigo.