A diez jornadas del final, menos fiable que nunca esta temporada en su liderato, el Atlético de Madrid encara una prueba de fuego en Sevilla, definitoria para trazar el futuro en LaLiga Santander de ambos conjuntos, con el equipo de Diego Simeone tan presionado por Barcelona y Real Madrid.
Con cuatro puntos sobre el club azulgrana y seis sobre el equipo blanco, además de los once con los que distancia a su potente rival de este domingo en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán, la resistencia en la cima del Atlético está hoy sujeta a una duda razonable.
La desprenden sus números -16 de los últimos 27 puntos o nada más cuatro victorias en las últimas nueve jornadas- y la despierta aún más su juego; por ejemplo que sufriera tanto como sufrió en la última cita contra el Alavés, encomendado a un golazo de Luis Suárez y a un paradón de Jan Oblak, en el penalti lanzado por Joselu.
Aun así, ganó, que es lo más cuenta, para sostener su ventaja sobre el Real Madrid y el Barcelona y ampliarla dos puntos más sobre el Sevilla, cuya capacidad para competir por algo más que las plazas de la Liga de Campeones, ya sea el podio o incluso la Liga, depende invariablemente de un triunfo en su partido en casa de este domingo.
Avisado está el Atlético, porque su último triunfo fue más que apurado, el citado 1-0 contra el Alavés, y porque ya no es el que era, inmerso en un bache indudable en la actualidad. En las primeras 20 jornadas sumó 17 victorias, apenas cedió dos empates y sólo perdió un encuentro. En las nueve más recientes, incluido el aplazado con el Levante, ha ganado sólo cuatro, ha empatado otros cuatro y ha perdido uno. Se le han ido 11 de los últimos 27 puntos.
Igualmente, porque las vueltas de cada parón no han sido todo lo productivas que pretende siempre el equipo de Simeone. Nada más ha ganado cuatro de las últimas once ocasiones cuanto retomó la Liga tras una semana y media de compromisos internacionales. Cierto es que dos corresponden a las dos veces de este curso, cuando doblegó por 0-2 al Celta, en octubre, y por 1-0 al Barcelona, en noviembre.
Y, sobre todo, porque su distancia en la cabeza de la clasificación, teniendo en cuenta que tiene pendiente una visita al Camp Nou a falta de cuatro citas para el fin del torneo, rebaja su margen de error, aunque, realmente, aún lo tiene: una derrota, siempre en el caso de que el Barcelona, la referencia más cercana hoy, gane todo de aquí hasta el final, incluido al Atlético.
Con la duda de Joao Félix, por el traumatismo en el tobillo sufrido con la selección portuguesa, Simeone idea subir la posición de Thomas Lemar para complementar en la delantera a Luis Suárez, autor de tres goles en los últimos cuatro encuentros; un movimiento que reabrirá la puerta del once a Saúl Ñíguez en el medio campo, junto a los indiscutibles Marcos Llorente y Koke Resurrección.
No está tampoco disponible Yannick Carrasco. Sólo él se ha adaptado esta temporada a todo lo que quiere Simeone para el carril izquierdo dentro del 5-3-2 o 5-4-1 que propondrá en Sevilla. Su sanción da otra oportunidad a Renan Lodi, con Kieran Trippier por la derecha, y Stefan Savic y Mario Hermoso fijos en la defensa, en la que la otra posición está entre Felipe Monteiro y José María Giménez, recién repuesto de unas molestias. Oblak será el portero.
Enfrente, al Sevilla le ha venido muy bien el descanso de casi dos semanas sin competición en una temporada muy cargada de exigentes partidos en tres competiciones, lo que tenía desgastados a muchos de sus jugadores.
Menos descanso, o casi ninguno, han tenido los siete internacionales sevillistas que en esta ocasión han estado con sus selecciones -tres con Marruecos, el portero Yassine Bono y los delanteros Munir El Haddadi y Youssef En-Nesyri; el meta checo Tomas Vaclík; el atacante neerlandés Luuk de Jong; el medio serbio Nemanja Gudelj; y el central francés Jules Koundé (sub-21), aunque ya se ejercitan desde el pasado jueves junto al resto de compañeros y parece que todos han llegado en un buen estado físico.
Han tenido tiempo para descargar jugadores como el lateral derecho Jesús Navas, el centrocampista brasileño Fernando Reges o el también central brasileño Diego Carlos, que acumulan muchos minutos de juego, y otros recién salidos de lesiones como el extremo argentino Lucas Ocampos o el lateral también argentino Marcos Acuña.
A ellos se suma otro lateral, Aleix Vidal, quien llevaba varias semanas de baja por lesión pero que ya lleva algunas sesiones de trabajo con el grupo, por lo que Julen Lopetegui puede contar con todos los jugadores de su plantilla, salvo el lateral izquierdo Sergio Escudero, asintomático y aislado en su domicilio tras anunciar este sábado el club que ha dado positivo en la covid-19.
La presencia por ese lateral de Acuña hace que la baja del vallisoletano sea menos determinante, por lo que Lopetegui podrá utilizar a todos sus jugadores básicos y montar un once de garantías ante Simeone, en un partido que reúne a los dos equipos menos goleados de la categoría -Atlético (18) y Sevilla (21)-.