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Simeone no lo quiere y el West Ham llama a la puerta del Atlético de Madrid: posible acuerdo

DMQ
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Jairo Izquierdo

Cada vez es más claro. Por menos jugadores disponibles que tenga Simeone él nunca tiene oportunidades. El Atlético de Madrid ya lo tiene señalado para abandonar el club y sabe que perderá dinero.

Hablamos de Vitolo, que nunca ha convencido desde que firmó por el Atlético de Madrid procedente del Sevilla. Simeone ya parece haber tirado la toalla con él. Prefiere renunciar a hacer más cambios que darle minutos incluso cuando tiene que dar soluciones al mal juego del equipo.

Vitolo, en el Levante-Atlético de Madrid (Foto: LaLiga Santander).

Conscientes de que el futbolista cuenta con pocas oportunidades y en la creencia de que el jugador podría dar un salto de calidad a su plantilla, el West Ham llama a la puerta del Atlético de Madrid para interesarse por el canario.

Así lo aseguran algunos medios ingleses que informan que el equipo londinense tiene la intención de recuperar al mejor Vitolo.

Vitolo apenas ha intervenido en tres partidos en lo que va de año natural. Y en ninguno de ellos destacó teniendo además una escasa cantidad de minutos.

Las lesiones también han sido una constante durante toda su trayectoria en el Atlético de Madrid, pero lo cierto es que cuando Simeone le ha dado más bola el jugador no ha respondido.

El pago de la cláusula de rescisión de 38 millones de euros en la antigua sede de LaLiga -incluso el propio extremo debió acudir allí para formalizar su desvinculación del Sevilla- completó uno de los objetivos más anhelados por Simeone, hasta el punto de que el club madrileño varió una renovación que ya daban por hecha en la entidad andaluza el 10 de julio de 2017 para ficharlo un día más tarde.

Casi cuatro años después, cerca de salir del Atlético el pasado mercado de enero rumbo al Villarreal, al reencuentro con Unai Emery, el técnico con el que más despuntó en su carrera con el Sevilla, es un futbolista hoy irrelevante en el once de Simeone, cuya determinación en su incorporación no tiene nada que ver con la confianza y el recorrido, escasos, que le ha dado después.