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Koke sigue haciendo historia y persiguiendo sueños: 500 partidos del 'capi' con el Atlético de Madrid

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Miguel Ángel Moreno/EFE

El Atlético de Madrid, final a final por el título de LaLiga Santander, se impuso por 2-1 a la Real Sociedad para distanciar a cuatro puntos al Barcelona y cinco al Real Madrid (con un partido menos). Y su capitán Jorge 'Koke' Resurrección, partido a partido, alcanzó los 500 como futbolista de la primera plantilla rojiblanca.

352 partidos de Liga, 39 de la Copa del Rey, 73 de la Liga de Campeones, 29 de la Liga Europa, dos de la Supercopa de Europa y 5 de la Supercopa de España honran una carrera jalonada con siete títulos, todos los de la 'era Simeone' (dos Ligas Europa, dos Supercopas Europeas, una Liga, una Copa y una Supercopa de España), y que podrían ser ocho si el Atlético acaba ganando esta Liga.

"Orgulloso de todos, son muchos años, muchas temporadas, mucho esfuerzo. Ojalá sean muchos más, pero no pienso en lo individual, sino en lo colectivo, ojalá podamos levantar ese título", dijo el capitán rojiblanco, aún jadeante por esfuerzo, a 'Movistar LaLiga' nada más acabar el encuentro del Wanda Metropolitano.

Ya solo tiene por delante a un mito rojiblanco: el pacense Adelardo Rodríguez, que sumó 553 encuentros en 17 temporadas y ganó diez títulos (una Copa Intercontinental, una Recopa, tres Ligas y cinco Copas). Koke ha sumado sus 500 en doce campañas, fruto de una época del fútbol con más encuentros europeos.

Pocos podían anticipar un futuro tan brillante cuando un joven de 17 años, Jorge Resurrección Merodio (Madrid, 1992) debutó con la primera camiseta rojiblanca en septiembre de 2009 de la mano de Abel Resino. Lo hizo en un escenario de postín, el Camp Nou para disputar los últimos 20 minutos de una derrota abultada (5-2) sustituyendo al brasileño Paulo Assunçao.

Combinaba por entonces el primer equipo con el filial de Segunda Divisón 'B', algo que hizo la siguiente temporada también, pese a acumular ya 17 encuentros ligueros y dos de Copa, y en la campaña 2011-12 ya fue miembro de pleno derecho del primer equipo.

En la segunda mitad de aquella temporada se encontró con el técnico que cambió su destino: el argentino Diego Pablo Simeone, que llegó mediada aquella temporada. Es el único futbolista de la actual plantilla que participó en la final del primer título de la era del argentino: la Liga Europa de 2012 ganada al Athletic (3-0), en la que ingresó en los últimos minutos por el brasileño Diego Ribas.

Tras aquella campaña se fijó en su progresión el Málaga, que le ofreció minutos. Intercedió Simeone: "Hablé con él, no tenía forma de demostrarle que sería importante porque acababa de llegar, pero estaba seguro de que lo sería. Su talento, su entrega y su pasión le ha llevado a ser clave aquí y en la selección", recordó años después el técnico argentino.

El tiempo le dio la razón al entrenador, porque Koke se convirtió en santo y seña del equipo que ganó una Copa del Rey en el Santiago Bernabéu al año siguiente -sobre cuyo césped, el del eterno rival, extendió y besó una bandera rojiblanca- y en el que fue campeón de Liga y finalista de la Liga de Campeones un año después.

Ubicado inicialmente como interior por banda derecha o izquierda en función de las necesidades del equipo, conforme fueron avanzando las temporadas Koke fue centrando su posición a medida que fueron saliendo del equipo los pivotes preferidos por Simeone, como Gabi Fernández, Rodrigo Hernández o Thomas Partey.

Simeone da instrucciones a Marcos Llorente y Koke (Foto: LaLiga).

Hasta esta campaña, que el vallecano ha terminado jugando como única referencia en el centro del campo del conjunto rojiblanco, arropado en los interiores por Marcos Llorente y el francés Thomas Lemar, o en su defecto como esta noche Saúl Ñíguez.

Así lo hizo este miércoles, clave de bóveda del esquema 4-5-1 con el que el Atlético, cabalgando sobre una presión adelantada y asfixiante apabulló a la Real, que tuvo su consecuencia en el 2-0 obtenido por los goles del belga Yannick Carrasco en el minuto 16 y el argentino Ángel Correa en el 28, aunque acabó sufriendo al final, por el gol de Ígor Zubeldia en el 83.

Liderando la presión al mediocentro rival, gritando a sus compañeros, robando, ejerciendo del socio preferente para cualquier inicio de jugada, el capitán firmó un partido 500 de derroche físico y anímico. Está llegando al final de temporada en su mejor momento, como demostró en el Camp Nou ante el Barcelona (0-0), otra de las 'finales' por el título que el Atlético está disputando.

500 partidos que serán 502 si no hay contratiempos en los dos duelos que quedan de temporada, y muchos más porque a un futbolista de 29 años se le presuponen muchas temporadas por delante. Más si, como es el caso de Koke, su sueño es retirarse de rojiblanco.

"Soy atlético desde pequeñito, quiero seguir en el club y ojalá me pueda retirar aquí", dijo Koke en 2017, cuando renovó hasta 2024. Entonces quería ser primer capitán, pero hace tiempo ya que el brazalete obra en su poder siempre que está en el césped. Su futuro puede marcar una época y dejar lejos el récord de Adelardo. El capitán se pone a 500 y quiere su segunda Liga.

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