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Simeone y Correa, los grandes ganadores del Atlético en un duelo con seis claros señalados

Iñaki Dufour (EFE)

Alentado por las victorias contra el Rayo Vallecano y el Rayo Majadahonda, por dos partidos imbatido y reconfortantes, ambos al abrigo de su público, en su casa y con una indudable superioridad, el Atlético de Madrid circuló por dos versiones contrapuestas en el estadio de la Cerámica contra el Villarreal, desfigurado, desbordado y doblegado durante una hora... y relanzado después, por tres cambios de Simeone, por mucha más ambición y por un gol de Geoffrey Kondogbia que disimuló a última hora otra recaída del equipo rojiblanco.

A eso apuntan los números: una victoria en seis jornadas, que incluyen cuatro derrotas, son el reflejo de un equipo que quizá mereció más en Sevilla o en Granada, donde perdió por sendos 2-1, pero que naufragó durante tres tercios de su partido en Vila-real, donde su adversario lo superó sin matices, por plan, por táctica, por intensidad, por fuerza, por ambición, por fútbol y por ocasiones hasta que Simeone encontró la solución con 2-1 en contra, a la hora de enfrentamiento.

Al final, Simeone apretó el puño en señal de celebración con la igualada, según mostraron las cámaras de Movistar. "Es un punto que nos sabe bien por la reacción del equipo", expresó Marcos Llorente.

Hasta entonces, el golazo de Correa fue una excepción en el horrible primer tiempo del Atlético, que ganó durante 18 minutos en el marcador porque el atacante argentino -tres goles en las últimas dos jornadas- se inventó un tremendo tanto en dos toques.

En el medio campo, con el primero interceptó el pase horizontal de Dani Parejo; con el segundo, casi en la línea del medio campo, a unos 50 metros de la portería de Gero Rulli, superó por encima al portero para anotar el 0-1. Entre medias levantó la cabeza para divisar una oportunidad que sólo su ingenio avistó tan rápido. "Ya lo conozco a Rulli y sabía que tiene esa manera de jugar muy adelante. Por suerte, la pude cortar en mitad de cancha, pudo salir bien y fue gol", explicó en declaraciones a Movistar tras el encuentro.

A su inquebrantable fe une su talento el '10' rojiblanco, que creyó y ejecutó uno de los golazos de la presente Liga, por más que no sea la del Atlético, que, en el primer tiempo, puso en evidencia cada uno de los problemas que se perciben en su sinuoso recorrido por esta Liga, tan irreconocible en su defensa como lo es Jan Oblak en la portería. El esloveno paró un penalti, pero falló en el 1-1, porque no atrapó un balón que debió ser suyo y, a la vez, soltó un rechace que fue un regalo para Pau Torres, atento para nivelar el choque en el minuto 28.

Los movimientos constantes de los centrocampistas locales y la intensidad con la que se desplegaron, aparte de la destreza con el balón, apagó al actual campeón de la Liga todo el primer acto. "Sabemos la calidad de jugadores que tiene el Villarreal. Sabíamos que juegan de esa manera, que nos iban a presionar arriba y por eso no nos sentimos cómodos en la primera parte. En la segunda mejoramos eso y estuvimos mucho mejor", dijo Correa.

"Todos queremos siempre la victoria, pero creo que habiendo tirado la primera parte y un poco de la segunda ver cómo ha reaccionado el equipo y llevarse un punto, es un punto que se ha luchado, que se ha ganado. Contento por la reacción del equipo y que hayamos conseguido dar la vuelta", afirmó Marcos Llorente.

No existió el Atlético en una hora. Ya entonces perdía por 2-1, cuando el Villarreal y Alberto Moreno aprovecharon la enésima invitación defensiva del conjunto rojiblanco, donde Felipe Monteiro y Mario Hermoso representan la vulnerable situación actual atrás del equipo, hasta que, de repente, tres sustituciones, más los retoques en el sistema, lo cambiaron todo en el minuto 62: relanzaron a un equipo herido con una fuerza inesperada hacia el empate.

El triple cambio decisivo de Simeone

Sime Vrsaljko -para jugar de tercer central por la derecha-, Koke Resurrección para el medio y Joao Félix para el ataque, por Matheus Cunha, Rodrigo de Paul y Renan Lodi, dentro de la estructura de 5-3-2, por el 4-4-2 anterior. Tal movimiento desde el banquillo lo varió todo de repente y dejó señalados también a los tres que se retiraron del campo.

"Con ese cambio a los tres centrales nos ha descontrolado un poco. Sí que es verdad que ahí es donde más nos han presionado, donde más nos han atacado, donde más han tenido el control del partido, pero al final el partido ha terminado con ellos metidos en su área", expresó Alberto Moreno, autor del 2-1 para el Villarreal, tras el encuentro en declaraciones a Movistar.

El Cholo Simeone da indicaciones durante el Villarreal-Atlético de Madrid (Foto: LaLiga).

Entonces, con esa variación, surgió un Atlético que no había existido en todo el tramo anterior, que niveló el marcador por medio de Geoffrey Kondobgia -luego expulsado por doble amarilla en los instantes finales-, se propuso superior un rato sobre el terreno e hizo méritos incluso para ganar por 2-3, aunque después sufrió.

LaLiga Santander es más imposible. Mientras, el empate retiene su cuarta posición, un punto más cerca del Betis, tercero; dos más lejos del Sevilla, cuyo segundo puesto ya parece inalcanzable para el Atlético, a once de distancia, al menos para la cara que mostró durante la primera hora del encuentro en Villarreal, tan repetitiva esta temporada.

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