Luis Suárez está sentenciado. Diego Pablo Simeone ha terminado de definir el futuro del uruguayo, que acaba contrato a final de temporada con el Atlético de Madrid. El Cholo ha tomado varias decisiones importantes en el último mes para voltear la delicada situación que atravesaba el cuadro rojiblanco. Y una de ellas es la suplencia del delantero.
La Champions League ha terminado de ser decisiva. Suárez no jugó ni un solo minuto en la ida ante el Manchester United, pero es que tampoco tuvo oportunidades en el duelo de vuelta en Old Trafford. Suplente de inicio, sin oportunidades a lo largo del partido e inédito en la eliminatoria de octavos. Antes, en aquel partido decisivo ante el Oporto de la sexta jornada de la fase de grupos, también empezó como suplente y sólo jugó en el tramo final.
Pero no es algo exclusivo de la competición europea. Es evidente que Suárez, a sus 35 años, está muy condicionado por su físico. Su titularidad implica que el Atlético juegue cerca del área rival, algo que a diferencia del curso pasado no se está dando esta temporada. El uruguayo no tiene condiciones para ir a la presión o para lanzar un contragolpe, lo que limita aún más las opciones del equipo con él en el campo.
Luis Suárez tampoco fue titular en los tres últimos encuentros ligueros ante el Cádiz CF, ante el Real Betis ni ante el Celta de Vigo, partidos en los que sí gozó de minutos en el tramo final. Su última titularidad fue ante CA Osasuna, en la que marcó un golazo desde el centro del campo. Un partido en el que empezó el cambio de chip del cuadro rojiblanco, marcado por la consolidación de Joao Félix y Ángel Correa y el regreso de Antoine Griezmann.
El portugués se ha ganado a pulso ser indiscutible. También el argentino, que ha estado tocado en los últimos encuentros y ha dejado una vacante en ataque. Simeone tiene fe ciega en Griezmann, que responde con sacrificio y trabajo. Y Suárez, por contra, sigue perdiendo protagonismo y abocado a un adiós obligado a final de temporada.