El Manchester City ha provocado un destrozo en el Atlético de Madrid. El equipo dirigido por Pep Guardiola realizó un movimiento que trastocó el centro del campo de Diego Pablo Simeone, un agujero que desde aquel verano de 2020 ha intentado solucionar sin éxito alguno. El protagonista en cuestión no es otro que Rodrigo Hernández.
El internacional llegó al Metropolitano en verano de 2019 procedente del Villarreal CF por 20 millones de euros. Se llegó a mostrar emocionado en su presentación por volver a la que se fue su casa, donde se crió, pero lo cierto es que sólo unos meses después acordó su traspaso al Manchester City por 62 millones de euros. Un buen negocio desde el punto de vista económico, pero no tan positivo desde el lado deportivo.
La dirección deportiva, desde entonces, ha intentado firmar centrocampista que no han terminado de afianzarse. Thomas Partey dio un paso adelante y llegó a rendir a buen nivel, pero siempre con altibajos a lo largo de la temporada para acabar haciendo las maletas al Arsenal por 50 millones de euros.
Llegó Héctor Herrera, que nunca ha terminado de afianzarse. Llegó Lucas Torreira en calidad de cedido, pero tuvo poco protagonismo en aquel Atlético campeón de LaLiga Santander. Se firmó como centrocampsita defensivo a Marcos Llorente, pero no funcionó en esa posición y Simeone le acabó transformando en futbolista ofensivo. Geoffrey Kondogbia ha dejado luces y sombras y Saúl Ñíguez acabó haciendo las maletas el pasado verano, sin dar solidez ni seguridad a la medular cuando jugaba ahí.
Sólo Koke ha puesto algo de cordura en ese sitio, si bien es cierto que su perfil es bien distinto al de Rodrigo. Un Rodrigo que ahora vuelve al Metropolitano. "Un partido especial contra mi exequipo, el equipo que siento en el corazón, que me lo ha dado todo", declaró tras el encuentro de ida. Un exequipo que sigue sin tapar el agujero que dejó su salida.