El Atlético de Madrid afrontó un mercado de fichajes en el que cada euro importaba. La necesidad de cuadrar las cuentas económicas del club hizo que Simeone tuviera poco margen de maniobra para abordar grandes fichajes. Sin embargo, el técnico argentino tenía algún nombre apuntado en la lista como el de Nahuel Molina.
Tras las marchas de Wass y de Vrsaljko del conjunto colchonero este verano además de la de Trippier en enero, Simeone necesitaba un lateral para dejar de forzar a Marcos Llorente para jugar en esa posición. Por ello, el técnico italiano no paró hasta sacar a Nahuel del Udinese, desembolsando 20 millones de euros por él además de Nehuén Pérez.
Desde ese momento, el defensa argentino sabía que debía afrontar el gran reto de llegar y ser titular con la camiseta rojiblanca. Sin embargo, su inicio de temporada no ha sido el esperado y la afición colchonera ha comenzado a impacientarse con él.
En sus dos primeros partidos en Liga, su participación en el juego fue discreto. Su poca experiencia en el fútbol de élite le pasó factura y mostró síntomas de nerviosismo. Un claro ejemplo de ello fue su expulsión en el segundo partido contra el Villarreal tras agredir a un jugador contrario. Por ello, el argentino se ha perdido los dos últimos partidos de Liga.
Incluso, su primer experiencia en Champions tampoco ha sido muy diferente. Simeone decidió darle la titularidad frente al Oporto pero Nahuel no respondió a las expectativas marcadas de él. Al equipo le faltaba ritmo y el equipo portugués apretaba mucho la salida de balón. Por ello, el técnico argentino optó por dejarlo en el banquillo en el descanso y salió De Paul en su lugar.
En conclusión, el rendimiento de Nahuel Molina no está siendo el esperado. Sin embargo, su talento y juventud le permite tener margen de mejora y demostrar a Simeone que puede triunfar en el Atlético. A pesar de que Simeone haya comenzado a dudar de él, el lateral confía en ganarse un puesto y ser una pieza clave en el equipo.
No le déis más vueltas. El Atlético está en malas manos. Ni la directiva ni el entrenador nos merecen. ¡Qué malos son!
Suele pasar últimamente a Simeone, se encabezona con un jugador lo traen y hasta ahora nada de nada. Lo peor es que juega en su posición que no le han cambiado de puesto como hace con otros.