"Nos mueve mejorar día a día, olvidándose de lo que has hecho, porque nadie tiene memoria y lo único que va a valer es lo que lo hagas a las 9 de la noche del sábado", asume Diego Simeone, el entrenador más ganador del Atlético de Madrid, en los momentos de dudas que surgen en torno al equipo, vencedor agónico en la UEFA Champions League, a cinco puntos del líder en LaLiga Santander, condicionado por la límitada participación por criterio económico de Antoine Griezmann y a examen ante el Celta de Vigo, Iago Aspas y Eduardo Coudet.
Al ritmo del imponente goleador celeste, autor de cinco tantos en las primeras cuatro jornadas, con al menos una diana en cada una de ellas, el conjunto celeste encara la cita a la misma altura que el Atlético, con siete de doce puntos, aunque un puesto por debajo del equipo rojiblanco, séptimo, por una mínima diferencia goleadora, y subido en una racha de convicción y dos victorias seguidas sin goles en contra: 0-1 al Girona y 3-0 al Cádiz.
Ahora acude al Metropolitano, por momentos, de repente, un territorio cada vez más enrarecido -en ocasiones, no siempre- para su propio equipo local, dentro una exigencia disparada por el propio nivel del bloque, sus títulos y sus expectativas bajo el mando del técnico argentino, por más que sus números recientes reflejen nada más una derrota (el 0-2 con el Villarreal) en sus últimos once duelos en casa, aunque, a la vez, sólo ha ganado seis, o que de sus trece choques más reciente, como local y visitante, sólo haya perdido uno.
El Atlético necesita más en su presente. Es indudable, más allá de que no haya términos medios para él a estas alturas de la película, cuando se exige la victoria como una obligación y se percibe cada derrota como un desastre, sin atender a ninguna variable ni incidencia ni circunstancia entre uno y otro marcador, como el calendario que ha atravesado hasta ahora el equipo rojiblanco en las primeras cuatro citas, tres de ellas fuera (0-3 en Getafe, 0-1 en Valencia y 1-1 en San Sebastián), o la forma como perdió con el Villarreal, por un fallo.
Los cinco puntos de distancia respecto a la cima en nada más cuatro jornadas parecen demasiados para el Atlético, que aún no se ha reencontrado consigo mismo desde que fue campeón en 2020-21. Sobrepasada la irregularidad del pasado curso, con un tramo final imponente del equipo con aquella insistente 'Liga de 14', cuando todo estaba en duda, los vaivenes persisten en este comienzo de curso, tras una pretemporada que fue imparable.
Simeone tiene dos bajas seguras, Stefan Savic (fuera por cuarto choque seguido por una lesión muscular) y Sergio Reguilón (en periodo de puesta a punto tras una intervención de pubalgia) y una seria duda: Matheus Cunha, con una contractura en los isquiotibiales que lo ha apartado de los duelos contra la Real Sociedad y el Oporto y de todas las sesiones preparatorias desde el pasado viernes, cuando se lesionó, hasta ahora.
El resto están a disposición del entrenador, que se ha movido por una alineación con una base visible en las primeras cuatro jornadas y el inicio de la Liga de Campeones, aunque la carga de partidos en estas semanas (después del choque con el Celta, visitará el martes al Bayer Leverkusen y recibirá el domingo que viene al Real Madrid en el derbi) podría inducir variaciones... Con el condicionante que supone no poder disponer de Griezmann, su goleador decisivo ante el Oporto, el Valencia y tantas veces antes, sólo a partir del minuto 60 por cuestiones económicas, en el pulso que sostienen el Atlético, que deberá pagar 40 millones de euros si juega al menos 45 minutos en el 50 por ciento de los duelos que esté disponible, y el Barcelona, que lo tiene cedido por segundo año como rojiblanco.
En esa base del once, en la que habría estado seguramente Griezmann de no influir esa opción de compra, se armará el equipo ante el Celta, con Jan Oblak en la portería; con los centrales José María Giménez y Axel Witsel, a los que se podría sumar Mario Hermoso, con Reinildo Mandava como carrilero izquierdo; con Marcos Llorente, quizá de nuevo por la derecha mientras se adapta del todo Nahuel Molina; con el centrocampista Koke Resurrección, que podría estar acompañado en el medio campo de Thomas Lemar, Geoffrey Kondogbia o el propio Marcos Llorente, si no juega de lateral; y con Álvaro Morata y Joao Félix, la delantera con la que ha jugado cada uno de los partidos hasta ahora en esta campaña.
Enfrente, un Celta de Vigo lanzado, tras encadenar dos victorias y no encajar gol en sus últimos dos partidos, buscará este sábado asaltar el Metropolitano con Iago Aspas y el noruego Jörgen Strand Larsen en la línea de ataque.
El duelo contra el Atlético es una exigente prueba para el conjunto celeste. Servirá para medir su ambición en el inicio de una serie de partidos que le llevará enfrentarse, de manera consecutiva, a Valencia, Betis, Barcelona y Real Sociedad. El sueño europeo pasará por rendir en estos encuentros.
Lo asume Eduardo 'Chacho' Coudet, que se agarra al espectacular estado de forma de Iago Aspas para conquistar el estadio rojiblanco. El atacante ha firmado su mejor inicio goleador, en su intento de convencer a Luis Enrique Martínez para que le otorgue un billete para el Mundial de Qatar.
Los focos del Metropolitano se centrarán en ese duelo Morata-Aspas. El primero parece un fijo en la lista del seleccionador; al segundo no le ha servido de nada conquistar su cuarto Trofeo Zarra el curso pasado. Otra exhibición ante el Atlético, después de brillar en Girona y frente al Cádiz, podría terminar de convencer al asturiano, que la próxima semana dará la última lista antes de la definitiva para el Mundial.
Aspas es decisivo en el Celta y este sábado liderará su ataque de nuevo en el estadio del Atlético, donde Coudet alineará de inicio al noruego Larsen, determinante para desatascar al equipo en la segunda parte del choque contra el Cádiz. Su impacto fue tremendo pese a llevar un solo entrenamiento con el grupo.
Ese será el único cambio que introduzca el técnico argentino, que no forzará la reaparición de Óscar Rodríguez, con una contractura en el bíceps, ni dará la titularidad al joven Gabri Veiga. El peruano Renato Tapia se mantendrá como pivote defensivo por detrás de Fran Beltrán y Carles Pérez caerá a la banda derecha.