El Atlético de Madrid ha cerrado un 2022 que no ha sido especialmente positivo, en términos generales. Un año en el que, más allá de lo deportivo, han vuelto a protagonizar numerosas operaciones que en teoría se cerraron, pero que nunca se llegaron a hacer oficiales. En lo que se refiere al primer equipo masculino, hay al menos ocho operaciones que, cerrado ya el año de manera definitiva, nunca se han llegado a confirmar por parte del club rojiblanco.
La renovación de Jan Oblak. El pasado 20 de julio se filtró a todos los medios que el esloveno, que en principio tenía contrato hasta este mismo 2023, había renovado hasta 2028, por cinco temporadas más. Estaba todo apalabrado y la idea era hacerlo oficial una semana más tarde, pero jamás se llegó a anunciar. ¿Acabó renovando o se puede ir libre el próximo verano?
La renovación de Thomas Lemar. Una situación idéntica a la de Oblak, pues su ampliación de contrato también se publicó en todos los medios el mismo 20 de julio. El francés también acababa su vinculación, en teoría, en este 2023, pero habría ampliado su compromiso hasta, en teoría, 2027. Tampoco se hizo oficial en ningún momento.
El fichaje de Germán Berterame. Una operación meramente económica, como tantas otras. Casi de un día para otro, en México empezaron a anunciar que los derechos del delantero pertenecían al Atlético de Madrid tras su paso por el Atlético San Luis. El caso es que Berterame incluso llegó a trabajar en Majadahonda con la ropa oficial del club a finales de junio sin que el club publicara en ningún momento nada respecto a su situación.
La venta de Germán Berterame. El 3 de julio, Rayados de Monterrey anunció el fichaje del delantero, en teoría procedente del Atlético de Madrid, que tenía sus derechos. Nunca hubo ningún comunicado del club rojiblanco.
La renovación de Álvaro Morata. El futuro del delantero estaba en el aire durante el verano y, en teoría, tenía contrato hasta 2023, lo que comprometía aún más su situación. El caso es que el diario Marca anunció el pasado 30 de junio que no tenía contrato hasta 2023, sino hasta 2024... porque había renovado un año antes en su segunda cesión a la Juventus. Una renovación que sólo se ha conocido a través de los medios y que en ningún momento se hizo oficial.
La renovación de Felipe. El defensa tenía contrato hasta 2022 y su rendimiento fue bastante pobre durante el curso pasado. Ya se había hablado en distintos medios de que, aún así, renovaría hasta 2023. Una renovación que se dio por hecha hasta tal punto que nunca se oficializó por parte del club.
La ampliación de la cesión de Griezmann. En verano de 2021, el Atlético anunció que el francés llegaba cedido sólo por una temporada en su comunicado oficial. En verano de 2022 intentaron deshacerse de él, primero, y rebajar su precio después. Empezó el curso de rojiblanco pese a que seguía perteneciendo al Barcelona y pese a que no se anunció su continuidad en calidad de cedido. Aquella ampliación del contrato de cesión jamás se anunció, más allá de que dos meses más tarde sí se confirmara su compra.
La rescisión de Santiago Arias. El pasado 10 de agosto se confirmó en distintos medios que el colombiano, que en teoría tenía contrato hasta 2023, había rescindido su contrato con el Atlético de mutuo acuerdo. El club nunca lo hizo oficial.