Set, homenaje, humillación. Llámenlo como quieran. El Atlético de Madrid ha goleado al Sevilla FC de manera apabullante en el día que Simeone hacía historia, liderando en el campo por un Antoine Griezmann que más que un amigo ya parece parte de la familia. Qué mejor manera de rendir homenaje a Luis Aragonés, a quien este sábado superó el Cholo.
Lo de Griezmann en el campo, decíamos, fue soberbio. Soberbio. Pocas veces quien estas líneas escribe ha puesto un '10' en las notas del partido, pero esta vez lo parecía. Los números dirán que marcó un gol y dio dos asistencias, pero la realidad es que el francés hizo mucho más.
Robó, se lanzó al suelo, marcó, asistió dos veces, lanzó a sus compañeros, organizó al equipo, alentó a la grada. Le dio a Depay el primero, marcó por la escuadra el tercero, lanzó a Llorente en la jugada del cuarto desde la medular y asistió a Morata en el quinto.
Fue una exhibición en toda regla. Antoine se fue a buscar a Simeone al anotar su gol y luego el Cholo, ya en zona mixta, le respondió dándole un beso en plena entrevista. No son compañeros ni amigos, son familia. Y el Atlético, que ya es tercero, lo agradece cada vezmás.