El empate del Atlético de Madrid 0-0 ante la Real Sociedad sirvió a Diego Pablo Simeone para seguir extrayendo conclusiones de la situación de la plantilla del Atlético de Madrid. Ante las numerosas bajas en defensa con las que se ha encontrado, el técnico introdujo una novedad con Rodrigo Riquelme que se ha convertido en doble solución para la presente temporada.
El canterano cuajó un gran partido en una posición novedosa para él, ya que jugó como carrilero derecho ante el conjunto donostiarra. Una actuación que le valió los halagos del Cholo en rueda de prensa, destacando de él su trabajo defensivo a pesar de ser un futbolista de ataque para amoldarse en esa posición en la que puede aprovechar su "fuerza y potencia".
César Azpilicueta y Marcos Llorente fueron los encargados de jugar como carrileros derechos en el arranque de la pretemporada ante la baja de Nahuel Molina, que se quedó en Madrid recuperándose de una lesión. Las ausencias de Savic, Giménez o Reinildo, junto a la del propio lateral argentino, llevaron a Simeone a probar alternativas para paliar esa plaga de bajas en defensa.
Ahí apareció un Rodrigo Riquelme que se está enfrentando a la prueba clave del Cholo en esta pretemporada para determinar si puede tener un sitio en la plantilla del Atlético para la 23/24. Tras brillar primero en Segunda con el Mirandés y después en Primera con el Girona, está trabajando duro este verano para quedarse con una ficha como rojiblanco.
Al margen de la posibilidad de jugar como mediapunta o extremo por ambas bandas, a Riquelme se le abre ahora también la puerta de partir como carrilero. Una posición en la que el argentino ya acostumbró a retrasar a Marcos Llorente y Carrasco en temporadas anteriores y a otro jugador a prueba como Samuel Lino en este verano.