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Simeone casi rompe a llorar con Gil Marín por el "periodo de duelo" de 2016: "Hubo novias que quisieron seducirme"

Redacción nacional

Minutos después de la derrota en la final de la Liga de Campeones de 2016 en San Siro contra el Real Madrid, Diego Pablo Simeone, el entrenador del Atlético de Madrid, necesitaba "pensar". Inició un "periodo de duelo", se fue enseguida de vacaciones y esperó la visita de Miguel Ángel Gil Marín a Buenos Aires. Entonces fue cuando se sintió querido e interpretó que "no había manera" de dejar el club aunque hubiera "novias" que querían "seducirle", según expresó emocionado en un vídeo difundido por la entidad tras su renovación hasta 2027.

El cariño a Simeone

"En las comidas que hemos tenido (cada mes a lo largo de todos los doce años de Simeone en el club rojiblanco) hemos aprendido a conocernos, a transmitirnos exigencia, confianza y los límites que podemos tener. Y gracias a esas comidas, le di el tiempo de pensar, que te viniste abajo, supe esperar el momento para volar a Buenos Aires", cuenta Gil Marín en su conversación con Simeone este jueves en los canales oficiales del club.

"Entendíamos que tenía que haber un periodo de duelo y teníamos claro que tenías que seguir siendo (el entrenador del Atlético de Madrid). Los penaltis los falla quien los juega", continuó el consejero delegado en referencia a aquel momento, tras perder la segunda final de la máxima competición europea del técnico en la tanda desde los once metros. La primera, dos años antes, fue en Lisboa en la prórroga, también con el Real Madrid.

"Lo sentí y lo necesitaba (ese periodo de duelo)", repasó Simeone, al que se ve emocionado en ese momento de la charla.

"La gente se valora por los hechos, no por el dinero, no por las palabras, sino por los hechos. Cuando perdimos la segunda final, que fue dolorosa, porque más cerca de ganar no estamos, porque después de los penales no hay nada, al perderla fue un golpe duro, contra el eterno rival, un rival poderoso, habiendo merecido posiblemente más que en la primera, pero se perdió", añade el técnico.

La parada técnica del entrenador argentino

"Sentí que necesitaba pensar. Para ver cómo hago para generar otra vez en los chicos confianza en el entrenador que perdió dos finales. Me fui de vacaciones enseguida con la familia y decía a Carla (su esposa): '¿Sabes lo que necesito? Que venga Miguel a Buenos Aires porque es un hecho puntual de hacerme sentir que me quiere'. A los 15, 20 días, me llamaste y me dijiste 'Diego, mira, tengo ganas de ir a Buenos Aires", rememoró Simeone.

"Y ahí interpreté de que no había manera (de dejar al Atlético) venga quién venga, porque en ese momento hubo novias que querían seducirme", concluyó Simeone, en referencia al interés de otros clubes en su fichaje.

Miguel Ángel Gil Marín y Diego Pablo Simeone, en el vestuario del Metropolitano.

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